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Guerra en Irak o voluntad contra fe

Niños con malformaciones congénitas en Faluya.
Niños con malformaciones congénitas en Faluya.

En Irak se respira uranio empobrecido. En sus casas empobrecidas, familias empobrecidas están a merced de la suerte, de los astros, de Alá, de lo que magnetice su fe. Los futuros hijos corren peligro en ese país que sabe demasiado de tristezas.

Hace más de una década que la Casa Blanca, disfrazada de ánimo redentor, ordenó invadir Irak. La coalición de la voluntad fue fiel a su nombre y actuó por legítima voluntad.
El señor George Walker Bush sonreía jactanciosamente. Las tropas estadounidenses tenían marcado su objetivo. Hussein debía morir a cualquier precio. Y murió. El precio se sigue elevando.

«Aquí, en Irak, la guerra no ha terminado porque aún sufrimos las consecuencias del conflicto», explica Leila Jabor, madre de Ahmed, su sexto hijo, que tiene ocho meses y nació con problemas en el sistema nervioso. Antes, había tenido otros tres bebés con malformaciones congénitas, que fallecieron.

Refiere Russia Today que Faluya es de las ciudades que más ha sufrido esas penas. Según el científico Christopher Busby, ahí se localiza la mayor tasa conocida de daños genéticos en cualquier población.

Bubsy explicó tras analizar el cabello de los padres de niños con malformaciones congénitas, que en el mismo solo se hallaba uranio, cuya única fuente en Irak, viene de las armas que manejan las fuerzas capitaneadas por EE.UU.

La Casa Blanca intenta encubrir estos casos, propósito al que ayuda la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con declaraciones de extrabajadores del organismo internacional.

El diario británico The Guardian citó testimonios de esos expertos, en los que planteaban que un informe publicado recientemente por la OMS desestima el impacto de las operaciones de las tropas aliadas en el acervo génico de los iraquíes.

Aseguran que el texto fue elaborado bajo presión política y su objetivo era ocultar las evidencias científicas de la catástrofe ambiental que acaeció con el conflicto.

Lo que el reporte indica es que la tasa de trastornos congénitos y enfermedades infantiles en Irak está dentro de los límites. Parece que, en realidad, los límites que sí han sido sobrepasados son los de la desvergüenza.

«Este documento no tiene nada de índole científica. Uno de los mayores problemas metodológicos de este estudio, entre otros, es que el documento ni siquiera consideró los registros médicos de los hospitales iraquíes. Los médicos iraquíes registran una cantidad mayor de defectos congénitos que en datos del reporte», declaró el doctor Keith Baverstock, un experto en el impacto de radiación que trabajó 13 años para la OMS.

Fuerzas estadounidenses, británicas y otras de la coalición lanzaron munición altamente tóxica y convirtieron a Irak en un vertedero de fósforo blanco, uranio empobrecido y residuos de bombas termobáricas.

Las mujeres dan a luz a bebés con deformaciones, sufren abortos y evitan tener hijos. Los médicos iraquíes siguen reconociendo casos de niños con tumores múltiples, deformidades faciales y corporales y problemas complejos del sistema nervioso.

A 65 kilómetros al oeste de Bagdad, en Faluya, el índice de malformaciones congénitas es 13 veces mayor que la tasa de Europa.

«EE.UU. y el Reino Unido han mostrado pocas ganas de precisar dónde se utilizaron misiles con uranio empobrecido, lo que podría aclarar la correlación con las enfermedades», expresó Baverstock.

En total, más de un millón de iraquíes murieron durante la invasión y ocupación estadounidense. Otro detalle: jamás fueron halladas las armas de destrucción masiva que le sirvieron de pretexto al gobierno norteamericano para atacar ese país.

Hablando claro, EE.UU. no necesita pretextos. Le bastan los antojos. Los pretextos son una formalidad. Así ha operado la administración de la Casa Blanca. Cuando tienen ganas de subyugar un pueblo, lo hacen o intentan hacerlo. Las normas no son nada. Tampoco el respeto ni las leyes. Vale pensar en la validez de la ONU. Si el 99 % de los países que integran Naciones Unidas se opusiera a un designio estadounidense, poco importara.

Para empezar, es un contrasentido que uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que debiera encargase de mantener la paz y la seguridad entre las naciones, sea un país que ha estimulado tantos desasosiegos e inseguridades a escala global. Cada vez más, el respeto parece una simpleza pisoteada históricamente.

Cuando un país, por un arranque cualquiera, hace peligrar la existencia de toda  una cultura, algo ha sido quebrado. Algo se ha eclipsado. Algo que creo que aprendí un día y que ha ido perdiendo significado. Cómo la OMS puede estar a favor de aquello que atenta contra la salud. La OMS está enferma.

Por fortuna, la fe no muere por las armas. Hay mil motivos para creer que esa es una de las escasas posesiones que ha dejado en pie el conflicto en Irak. La fe tiene una fuerza milagrosa.

Que Alá, si puede, tenga piedad de esas familias empobrecidas que respiran uranio empobrecido.

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