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Para burlar el cerco

La tecnología que se emplea hoy en Cuba para la construcción de viviendas no siempre permite elevar la productividad. Foto: Roberto Carlos Medina.
La tecnología que se emplea hoy en Cuba para la construcción de viviendas no siempre permite elevar la productividad. Foto: Roberto Carlos Medina.

Año tras año el bloqueo estadounidense obstaculiza, en buena medida, los intercambios comerciales de Cuba, que en el sector de la construcción afectan principalmente las importaciones de materiales, debido a los excesivos gastos en fletes y el no acceso a tecnologías más eficientes.

“Las medidas del bloqueo cada vez se acrecientan más, pero con el transcurso de los años nos hemos preparado para minimizar sus efectos. Adquirimos experiencias y sustituimos la tecnología norteamericana por otras como la europea”, explicó Pedro Pablo Seara Ricardo, director de planificación y estadística del Ministerio de la Construcción (MICONS).

“Imeco, una de nuestras principales importadoras —continuó—, reportó pérdidas de 726 mil 600 USD y el Instituto Nacional de la Vivienda unos 10 millones 534 mil 600 USD. Las afectaciones totales calculadas para el Ministerio de la Construcción, desde el 1º de abril del 2012 hasta el 31 de marzo del presente año, ascienden a 11 millones 503 mil 100 dólares”.

Sorteando dificultades

Algunas personas piensan que el bloqueo ya no es tan fuerte, pero existe y si no hemos sentido más sus efectos en estos últimos años, ha sido por la gestión y planificación de empresas como Imeco, inmersa en la búsqueda constante de modos para burlar el cerco.

“Nosotros importamos para el programa de la vivienda alrededor de 19 millones de USD y en el caso de la industria de los materiales de la construcción ronda los 20 millones”, refirió Mario Francisco Larrinaga, director adjunto de Imeco.

“Muchos de los productos que compramos, como muebles sanitarios, mantas asfálticas, herramientas, medios de seguridad, tienen en Estados Unidos sus principales productores y debemos ir a buscarlos en otros países, con otras compañías o a través de intermediarios”, explicó.

Larrinaga también señaló que “con el dinero que se gasta en adquirir un equipo a través de un intermediario, más el flete por la transportación desde regiones distantes como China o Europa, casi se podría comprar otro. Si pudiésemos acceder al mercado estadounidense ahorraríamos dinero y lo invertiríamos en los demás insumos que necesita el sector de la construcción”.

En cuanto al programa de viviendas las pérdidas son millonarias. De no haber existido las afectaciones del bloqueo, solo este año se hubiesen podido realizar reparaciones medias a 8 mil 365 viviendas, o mantenimiento a 13 mil 943, o haber construido otras 3 mil 355 de diferentes tipologías, según explica el informe sobre el impacto del bloqueo al MICONS del 2013.

Al respecto, Oris Silva Hernández, presidenta del Instituto Nacional de la Vivienda, comentó que “en estos momento el país tiene un déficit habitacional de 700 mil viviendas. “Aquí vemos el impacto directo del bloqueo: no podemos mejorar nuestro fondo habitacional. Las trabas para adquirir materiales y tecnologías ligeras más productivas y efectivas para darle solución emergente a la situación de la vivienda es una de las grandes deficiencias que enfrenta hoy el sector de la construcción”, puntualizó.

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