Hasta el cierre del mes de septiembre las empresas en la nororiental provincia de Las Tunas cumplen la producción mercantil al 100,7 por ciento. Eso es un cálculo económico real y, hasta cierto punto, estimulante, pero las autoridades no están satisfechas con los resultados alcanzados en el período.
Y sobran argumentos para la insatisfacción, pues 10 entidades no alcanzaron sus respectivos planes con una afectación que supera los 43 millones 700 mil pesos; mientras fueron incumplidas 44 producciones físicas en sectores de mucha importancia por su impacto en el desarrollo económico y social del territorio.
Aunque hay causas objetivas que frenan el desenvolvimiento de algunas actividades, vinculadas con desabastecimientos en el país, hay otras asociadas a mala planificación y cierta desidia en el desempeño empresarial que obstaculiza la sostenibilidad y sustentabilidad de los planes aprobados, como ocurre en las unidades agropecuarias Antonio Guiteras, Manatí, Colombia y Jobabo; las Empresas de Cerámica, Azucarera y Cárnica y el Grupo Empresarial de la Construcción.
En los campos se quedan productos que no llegan a las mesas familiares, hay obras detenidas por falta de recursos o de preparación técnica; insumos no comercializados y una cantidad no despreciable de medios para el sector agrícola que tienen precios casi inaccesibles y provocan su lenta circulación.
No pueden cantarse loas en medio de tantos desencuentros, téngase en cuenta que en esos rubros perdidos hay muchos llamados a sustituir importaciones: leche, arroz, carne porcina y vacuna…; y, no pocos incluidos en las intenciones exportadoras locales, a las que deben tributar siete entidades, de las cuales cuatro no entregaron los renglones pactados en seis surtidos.
Tanto Rubén Brito Blanco como Liliam Rodríguez, miembro del Buró del Partido y presidenta de la Asamblea del Popular en la provincia, respectivamente, convocaron a los directivos a buscar opciones para acopiar todo lo que están produciendo los campos, incluso en los sitios de más pésimo acceso; a elevar el nivel de gestión, desterrar la morosidad; y estrechar las relaciones entre los diferentes factores para viabilizar los procesos que generen el cambio de la situación actual.
