De los 7 mil 600 servicios estatales existentes en la provincia de Sancti Spíritus, 476 incumplen con el consumo energético establecido. Las regulaciones implementadas en muchos centros laborales, y exageradas para muchos, responden a la realidad objetiva que socava la capacidad económica del país para adquirir el combustible generador de energía en el mercado mundial.
De acuerdo con informaciones brindadas a la prensa por Julio Abascal Fong, director de uso racional de energía de la Empresa Eléctrica (EE) en la provincia, “al no ajustarse al gasto planificado, las entidades consumen alrededor de 609 MW/h más de lo previsto, eso se traduce en unas 160 toneladas de combustible equivalentes a 130 mil dólares; cifra similar a lo que debe consumir la cabecera provincial en 24 horas”.
Sin dudas, la adopción de medidas para minimizar el despilfarro resulta imprescindible, solo que varias dicotomías surgen en el camino: ¿Resultan coherentes los planes de ahorro con la demanda de centros reconocidos como altos consumidores? ¿Son rigurosos a la hora de analizar a quienes incumplen?
Aunque las autoridades confirman la toma de providencias para evitar el malgasto, y ciertamente quedan suspendidos los servicios en las entidades infractoras, desconectan los sistemas durante el horario pico, bajan la iluminación en las tiendas y se realizan análisis con las administraciones o visitas de especialistas de la EE a los sectores residencial y estatal, muchos elementos entorpecen el camino hacia el ahorro.
“Resulta complicado adaptar los planes en algunos centros penalizados como los secaderos de Tamarindo o el molino de Las Nuevas, por las características propias de ambas industrias. Sabemos que las restricciones para el horario pico son inviolables; igualmente conocemos la falta de organización y control existentes en ocasiones; pero también es real que en una fábrica puede pasar cualquier cosa.
“Si trabajamos con tres secaderos y uno falla, debemos enviar el arroz para los que continúan funcionando; pero sucede que la corriente no es operativa y una vez que la dan, no podemos administrarla”, advierte Orlando Linares, director de la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, ubicada en La Sierpe.
Tras los pros y los contras hay una realidad: la carestía que supone para el país el uso desmedido de la electricidad. Distintas estrategias constituyen un paliativo ante la situación; sin embargo, la coherencia entre los planes de ahorro-productividad del centro y control del consumo-penalizaciones deberá existir en pos de un objetivo que mueve a toda Cuba, el de salir adelante económicamente; suspender los servicios para contrarrestar el despilfarro, ayudará poco en este empeño.