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¿Un reto en la elaboración de fitofármacos?

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Las materias primas y el equipamiento limitan en ocasiones la producción de medicamentos.
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La medicina natural y tradicional gana adeptos por días en Cuba, en la misma medida en que médicos y pacientes adquieren conciencia acerca de lo beneficiosa que resulta para la salud por sus propiedades curativas y apenas ocasionar reacciones adversas.

Pero el incremento de la demanda de este tipo de medicamento presupone, a su vez, un reto para los encargados de garantizar la producción y recolección de las plantas medicinales requeridas, tanto en cantidad como en variedad.

La provincia de Holguín, con más de un millón de habitantes y una amplia red asistencial, constituye un ejemplo elocuente de este problema, pues las unidades dedicadas a su comercialización están sometidas a una fuerte presión.

La oferta de la farmacia de medicina verde de la ciudad de Holguín, la mayor del territorio especializada en este tipo de productos, se ha visto limitada últimamente a unos 15 renglones, según comprobamos en visitas realizadas a esta.

De acuerdo con María de los Ángeles Díaz, dependienta de esta unidad, hubo momentos en que llegaron a disponer de más de 50 medicamentos diferentes; pero ahora tienen déficit de algunos de los más demandados, como los jarabes Imefasma, de orégano y copal.

Otra dificultad, manifestada por Sandro Almeida, quien esperaba por la llegada de champú de romerillo, es que algunos productos solo se ofrecen en frascos grandes, los cuales valen más, como la loción mentolada en pomos de suero a 12,80 pesos, mientras apenas se realizan acciones de recolección de envases vacíos.

La oferta de la farmacia de medicina verde no es estable.

Realidad productiva

Los 14 municipios holguineros cuentan con unidades productoras de fitofármacos, es decir, medicamentos elaborados a partir de la obtención de extractos fluidos, tinturas y aceites esenciales de las plantas medicinales como materia prima fundamental.

Esto ha permitido que se haya incrementado la producción de medicina verde y se alcancen alrededor de cuatro millones de unidades anualmente, informó la licenciada Mirtha Ferrás Pino, especialista de la Empresa Provincial de Farmacias.

No obstante, reconoció, afrontan dificultades con la disponibilidad de algunas especies como el llantén, la caléndula, el añil, el orégano, el tilo y la cebolla para completar el cuadro básico del territorio, que asciende a 54 medicamentos.

Atendiendo a esta realidad, las dependencias especializadas del Ministerio de la Agricultura deben fomentar el cultivo de las plantas medicinales más escasas y con alta demanda, para ampliar y diversificar la producción.

La funcionaria reconoció que también han enfrentado limitaciones con el abastecimiento de frascos vacíos, tanto nuevos para los medicamentos de consumo oral, como reciclados para los de uso externo.

El otro problema radica en la disponibilidad de preservantes (metil y propil parabeno) para la elaboración de jarabes y de la base (lauril sulfato de sodio) para las cremas, los cuales deben ser suministrados por la industria química nacional.

En el centro de producción de medicina verde número 1 de Holguín, la especialista Maylín Hang Martínez dijo que por la situación epidemiológica estaba priorizada la preparación de hipoclorito de sodio, y presentaban limitaciones con el extracto acuoso para hacer el Imefasma, frascos y agua desionizada.

La granja de Holguín debe diversificar sus producciones.

Panorama agrícola

Si bien es cierto que la producción de plantas medicinales se ha incrementado en la provincia de Holguín, todavía las potencialidades de la agricultura están por debajo de la demanda de la industria farmacéutica. Así lo reconoció la responsable de esta actividad en el territorio, Marlén Robles Gómez, quien informó que para este año contrataron la entrega de 18 mil 312 kilogramos, cuando la solicitud inicial era de 25 mil 773 kilogramos.

Explicó que este déficit responde, en lo fundamental, a especies que son difíciles de cultivar porque requieren determinadas condiciones de suelo o climáticas, entre las cuales se encuentran la caléndula, la manzanilla, la pasiflora, el hinojo y el toronjil.

Para dar respuesta a la demanda de este tipo de plantas, la funcionaria confirmó que recientemente se creó una finca especializada en la meseta de Pinares de Mayarí, a más de 700 metros de altura y con un microclima especial.

Confirmó que no obstante esta situación y dificultades afrontadas con algunas especies, la agricultura viene cumpliendo con la mayor parte de las cifras establecidas en el convenio con la Empresa Provincial de Farmacias. Buena parte de estas producciones salen de la granja de plantas medicinales de la Empresa Agropecuaria de Holguín, ubicada en las afueras de la ciudad y responsabilizada con la entrega de algo más de la mitad del plan anual de la provincia.

Con casi dos décadas de existencia, los trabajadores de la unidad acumulan suficiente experiencia en este tipo de cultivo, cosechan más de 20 variedades y recolectan también plantas silvestres como el añil cimarrón, el romerillo y el anamú.

Su directora, Annayelis Cuba Tamayo, dio a conocer que este año han entregado más de 7 mil kilogramos de masa seca y están en condiciones de cumplir el plan, aun cuando afrontan dificultades con el camión para acopiar los productos y necesitan más áreas para aumentar y diversificar la producción.

Un imperativo del momento

El desarrollo de la medicina natural y tradicional, tanto desde el punto de vista de su producción y sus facultades, constituye un imperativo del momento para el jefe del Grupo Provincial de esta disciplina, el doctor Bernardo Acosta Martínez.

A la agricultura, precisó, le corresponde incrementar la cantidad y, sobre todo, la variedad de plantas medicinales para dar respuesta a los requerimientos industriales, mantener una oferta estable en la red de farmacias y cubrir las expectativas de la población.

La industria farmacéutica, indicó, cuenta con suficiente fuerza especializada en la elaboración de fitofármacos, pero adolece del equipamiento idóneo para el procesamiento de las plantas y la obtención de los extractos fluidos, aceites esenciales y las tinturas.

Como jefe de la Cátedra especializada en esta materia en la Universidad de Ciencias Médicas, reconoció que aún no están al nivel requerido en cuanto a la introducción de contenidos de medicina natural y tradicional en todas las carreras y la impartición de cursos de posgrados y maestrías.

De ahí que todavía no se comprenda la importancia ni se recomiende en toda su extensión el uso de estos medicamentos en consultorios del médico de la familia, policlínicos y demás unidades asistenciales del sistema de salud.

Se trata de una larga cadena, cuyos primeros eslabones son las plantas medicinales, sin las cuales no se pueden hacer más y diversos fitofármacos, ni cumplir el Lineamiento 158 del Congreso del Partido, que llama a “prestar la máxima atención al desarrollo de la medicina natural y tradicional” para aprovechar las probadas propiedades curativas de las plantas y evitar los efectos secundarios de los productos químicos.

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