Con el sugerente título Un siglo de luz en Las Tunas, el máster en Ciencias Víctor Manuel Marrero, historiador de la ciudad, impartió una conferencia magistral que rememoró la llegada de la electricidad a este territorio del oriente cubano.
Recordó que con la apertura de centrales azucareros en los actuales municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre, Amancio, Colombia, Jobabo y Manatí estos servicios vitales para el desarrollo local se adelantaron, al que es hoy capital provincial, donde estas prestaciones tuvieron sus inicios el 26 de octubre del año 1913.
Explicó que en aquel entonces no estaba al alcance de las grandes mayorías de la población, formada por unos 10 mil habitantes, sino de aquellas familias con poder adquisitivo que les permitía el pago de las cuantías establecidas.
Según sus investigaciones, en el mes de marzo del año 1912 el alcalde municipal Eduardo Vidal Fontaine invita al pueblo a una reunión para pensar en qué forma se hace una fábrica de electricidad en el pueblo.
Como resultado de aquellas gestiones en la fecha ya señalada quedó inaugurada la Planta Eléctrica de Tunas, exactamente en el mismo lugar donde se construye hoy la Sala de Conciertos.
Las ideas las materializó Francisco Gutiérrez Calderón, un acaudalado ciudadano, cuyo peculio le permitió adquirir e instalar tres generadores; uno con potencia de 2 mil 300 W, y otros dos con 75 y 175 kW, dotados de dos motores pequeños, uno diésel de 50 kW, y otro de 75, los cuales permitían el suministro del fluido eléctrico hasta las doce de la noche turnando los servicios. El precio ascendía a 16 centavos el kW para los particulares, y menos de 10 para el comercio.
Así reseña el hecho la prensa de la época:
“Desde la hermosa tarde del domingo (…) anunciaban que en la morada del (…) Sr. Gutiérrez Calderón (…) el pueblo había sido invitado para el acto inaugural de la Planta Eléctrica, que constituye un paso de avance para la ciudad”.
El Historiador de la Ciudad ilustró cómo este sector también fue víctima de la penetración de los monopolios norteamericanos, los cuales compraron las plantas eléctricas existentes y hasta los aserríos aledaños.
Pero, enfatizó, el 24 de marzo de 1961, con la Ley de Nacionalización, todos los medios pasaron al poder del pueblo, y comenzó la instalación por el Gobierno Revolucionario de cuatro motores diésel, tres de 960 kilowatts hora y otro de 600, lo que permitió que el servicio mejorara notablemente y comenzara un proceso de desarrollo que alcanza hoy al 96 % de las viviendas de la provincia, de las cuales el 89 están conectadas al Sistema Electroenergético Nacional.
De acuerdo con la información de Yoel Romero, especialista del grupo de comunicación de la Empresa Eléctrica, este encuentro está integrado a una campaña de propaganda por la efeméride que lideran los trabajadores del sector aquí e incluye otras acciones de acercamiento al devenir histórico de estas prestaciones.
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