Terminó el Torneo Nacional de Ascenso (TNA) del baloncesto en Cuba, rama masculina, y todo queda listo para el inicio de la Liga Superior de Baloncesto (LSB) a partir del venidero 11 de octubre, con la participación de los ocho elencos que consiguieron su boleto en el recién finalizado evento.
No hubo sorpresas en su generalidad. Los seis grandes del basket de nuestro país consiguieron sus tickets directos sin demasiadas complicaciones, con mayor o menor ventaja en dependencia de la calidad de sus zonas de clasificación.
En Oriente, Santiago de Cuba y Guantánamo arrollaron a sus rivales para quedarse con las dos únicas plazas que tendrá esa región en el evento de mayor envergadura del baloncesto en el archipiélago. Los santiagueros presentaron una ofensiva desbordada durante todo el TNA que hace recordar aquella que poseían los Halcones Orientales de los años 90, salvando las diferencias, claro está.
Los liderados por el capitán Esteban Martínez Justis consiguieron regularmente puntuaciones por encima de los cien cartones, algo inusual en el patio y que promete contribuir al espectáculo de la Liga Superior imprimiéndole brillo ofensivo a los encuentros.
En la Zona Central, los equipos de Ciego de Ávila y Camagüey, si bien no tuvieron un lecho de rosas en la etapa regular, tampoco puede decirse que sufrieran mucho para hacer valer su favoritismo y quedarse con los pases directos a la gran fiesta del basket en Cuba. En la misma zona Sancti Spíritus quedó tercero y se agenció uno de los dos wild cards del evento con destino a la LSB.
Los avileños y agramontinos, campeones y terceros de la Liga pasada, respectivamente, son dos de las apuestas más seguras para incluirse en la postemporada liguera.
Los espirituanos tuvieron un buen desempeño en el torneo, pero para ser francos, no parecían serios aspirantes a colarse en la fiesta. Sin embargo, los repetidos descalabros de Villa Clara, equipo más experimentado y a quien muchos dábamos amplias posibilidades de regresar a la Liga, permitieron a los del Yayabo llevarse el pasaje.
Que los espirituanos quedaran por encima de Villa Clara dejó de ser una posibilidad a partir de la mitad del TNA, cuando fue evidente que los Lobos Villaclareños no conseguían concretar su juego y se enfrascaban más en acciones físicas que en los planteamientos técnico-tácticos.
Mientras, en el Occidente, Capitalinos y Matanzas monopolizaron las acciones del grupo de competidores. Los de La Habana tuvieron solo dos reveses en todo el torneo, hecho que se magnifica porque el conjunto tuvo una amplia renovación en su plantilla y durante el evento no contó con algunas de sus estrellas por estar lesionados.
A pesar de esos contratiempos, Capitalinos exhibió un sistema de juego organizado, amparado en la calidad colectiva y la adecuada rotación de toda la banca, lo cual hace presagiar que los habaneros deben regresar a planos estelares esta temporada de la LSB.
Los matanceros, sin un equipo de lujo ni un anotador descomunal como Allen Jemmott, avanzaron fácilmente en el segundo puesto del grupo. Matanzas es un equipo sólido, sustentado en el accionar colectivo y que debe permanecer entre los punteros de nuestro baloncesto, aunque tal aspiración se complejiza por lo visto hasta el momento en el Oriente.
El otro boleto de consuelo quedó en manos de Artemisa, elenco que desplazó a Pinar del Río del tercer escaño occidental. Los artemiseños, guiados por el base organizador Osmel Oliva, son hoy uno de los equipos a seguir en nuestro país por sus perspectivas de futuro y la calidad de los noveles jugadores que lo integran.
Luego de su debut en la pasada LSB, los Toros Artemiseños dejaron una grata impresión entre el público y los especialistas de este deporte; impresión que parece constatarse con el resultado obtenido en el TNA. Además, con los refuerzos que podría tener provenientes del equipo pinareño, se convertiría en un rival de consideración para cualquiera de los contendientes en la LSB.
Con la clasificación de estas ocho selecciones cierra el TNA y se completa el cuadro de participantes en la Liga Superior 2013. Entendamos que el evento recién finalizado no debe tomarse como medidor, pues para muchos de ellos fue apenas un mero trámite. El verdadero desafío comenzará cuando el 11 de octubre se corran las cortinas de la LSB, solo entonces podrá tenerse una idea de por dónde andan las capacidades de cada conjunto.