El bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos, implantado desde el inicio de la Revolución cubana, continúa siendo, más de 50 años después, y a pesar de los reclamos de la comunidad internacional, el principal referente de la política de los Estados Unidos contra la pequeña isla caribeña, en su afán de destruir la Revolución y restaurar su hegemonía sobre Cuba.
Lo anterior se refleja claramente en el sistemático recrudecimiento de la política de asfixia económica y en el fortalecimiento e integración de las legislaciones y disposiciones normativas que rigen esta política. Por su declarado propósito, el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta, el bloqueo califica como un acto de genocidio, en virtud de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, y como un acto de guerra económica, de conformidad con la Declaración relativa al derecho de la guerra marítima adoptada por la Conferencia Naval de Londres de 1909. El bloqueo contra Cuba es el sistema de sanciones unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno.
Tomado de: Cubavsbloqueo.cu