El desquite es genial en el deporte, especialmente si tiene sabor a oro. Bajo esa premisa parecieron salir a la cacha de Xalapa este sábado 28 de septiembre las jugadoras cubanas de baloncesto, quienes tras vencer a Canadá 79-71 en un excelente partido, se quedaron con el título del Campeonato Pre-Mundial de las Américas.
Las caribeñas tuvieron un torneo de ensueño y como guinda del pastel no se conformaron con el boleto mundialista, sino que, además, cortaron su racha de derrotas ante las canadienses para conseguir su tercera corona en estas lides. Anteriormente, Cuba se había coronado en la cita de Hato Mayor 2005, en tierras dominicanas; y en La Habana 1999.
De esa manera aseguraron su regreso a la élite del basket mundial, y luego de ocho años de ausencia volverán a estar en el máximo evento de este deporte en el planeta, que tendrá como sede a Turquía en 2014.
Cuba dominó los dos primeros parciales del encuentro con marcadores de 20-15 y 25-15, y ello le permitió al equipo llegar al medio juego con una ventaja cómoda que defender. Sin embargo, tras el descanso pareció que se desmoronaba el planteamiento técnico-táctico y las norteñas se acercaron en la pizarra, hasta reducir la ventaja a ocho cartones.
A partir de entonces, las cubanas volvieron a rearmar sus llegadas y afinaron la defensa para evitar que el partido se les saliera de las manos. Con tales ajustes evitaron males mayores y cerraron el tercer tiempo con diferencia de 11 tantos.
El cuarto parcial fue trepidante. Canadá pisó el acelerador a fondo, pero las cubanas mantuvieron una gran defensa de campo para frenar los ataques de las norteñas, aprovechando cada error de sus adversarias para ripostar de manera efectiva y mantener las acciones parejas.
Los segundos finales constituyen una verdadera clase de baloncesto técnico. Con siete puntos abajo y apenas 35 segundos por jugar, las canadienses hicieron las faltas “de libro”, pidieron tiempos fuera, sacaron desde media cancha y anotaron sus canastas. La estrategia era la correcta, pero tenía un solo fallo, dependía de que las cubanas estuvieran mal desde el cobro de libres.
En el deporte —incluso haciendo las cosas bien— si el resultado depende del error del adversario, se tienen las de perder. Cuba estuvo inmensa desde la línea de penalidades, y en apenas medio minuto comparecieron sus jugadoras ocho veces, con saldo de siete aciertos. Suficientes para que la ventaja fuese inamovible.
Luego, con la desesperación de las canadienses, vinieron los errores: pases comprometidos y balones lanzados desde la larga distancia que, sin una buena posición de tiro, fueron a manos de las cubanas o se diluyeron en la lucha bajo las tablas. Resultado: Canadá, que jugó “de libro” y apostó por el error del adversario, caía sin remedio al segundo puesto.
Si a algún renglón de juego es achacable la victoria de las cubanas es a los tiros libres, en los que se encestaron 22 de 26 intentos, para un magnífico 84.6% de efectividad. Gracias a la puntería de las chicas desde esa posición fue posible llevarse el oro de la lid, pues desde la media y larga distancia las norteñas sacaron ventaja de un punto, al anotar 23 encestes desde la media, cuatro triples y 13 libres, mientras las cubanas conseguían 24 canastas simples, tres morterazos y 22 libres.
Otro aspecto ponderable fue el accionar bajo los tableros. Sin importar los centímetros de menos, las antillanas equipararon el desempeño de sus oponentes, al quedarse con 31 balones, por 32 las canadienses. Además, las discípulas de Alberto Zabala aprovecharon mejor las segundas oportunidades de anotación, robaron más pelotas y perdieron menos. Y esta es una combinación mágica en el baloncesto.
En lo individual, destacaron en el partido la norteña Tamara Tatham, mejor jugadora de la noche con 25 cartones, nueve rebotes y cuatro asistencias. En tanto por Cuba lideraban Oyanaisy Gelis con 19 puntos y seis asistencias completas, y Marlene Cepeda, quien debió retirarse por lesión pero antes se hizo con 12 pelotas bajo las tablas. Gelis tuvo una noche memorable en la organización del juego y a la ofensiva.
Sin dudas otra labor encomiable fue la de la escolta Yamara Amargo, quien además de ser elegida como la mejor en su posición dentro del todos estrellas del torneo, recibió el premio como la MVP del Pre-Mundial.
Dentro de las líderes del torneo se ubicaron la propia Amargo, tercera entre las máximas artilleras (18.4 puntos por juego), líder en triples anotados (12) y tercera en efectividad en cobro de libres (85.7%). En los rebotes Marlen Cepeda ancló tercera al conseguir como promedio de nueve por juego.
Clenia Noblet fue segunda por su efectividad en los libres (86.4%) y décima en rebotes (6.8 por juego). Oyanaisy Gelis ocupó la cuarta plaza entre las máximas anotadoras de libres con 23 encestes y una efectividad del 76.7%; el décimo escaño en los cortes de balón con ocho intercepciones y el séptimo en asistencias al promediar 3.8 por encuentro.
El cuadro de medallistas lo completó Brasil, que se agenció el metal bronceado y el boleto mundialista al disponer de Puerto Rico 66-56.