Al actualizar a los presentes sobre el caso, Alarcón precisó la necesidad de ser consecuente con el llamado hecho por René González Sehwerert , Héroe de la República de Cuba, encaminado a que cada cubano se sume a la difusión del caso de los Cinco con su propia iniciativa, y desde la diversidad y creatividad que nos caracteriza: en las aulas, centros de trabajo, en el barrio, en su proyecto comunitario.
Apuntó que prácticamente estamos en el mismo punto del año pasado. En la batalla judicial, se está a la espera de que la jueza Joan Lenard se pronuncie sobre las apelaciones colaterales o Habeas Corpus presentado por la defensa de los Cinco, la demora prosigue y no se ha dicho una sola palabra.
Por otro lado, el Gobierno de Estados Unidos sigue escondiendo las pruebas que revelan el pago secreto a un grupo de periodistas de diversos medios de prensa de Miami, que orquestaron una campaña de propaganda encaminada a enrarecer el ambiente para de alguna manera presionar a aquellos miembros del jurado que definitivamente los condenó.
En ese sentido, Alarcón recordó que la propia Corte de Atlanta calificó ese suceso como una tormenta perfecta de prejuicio y hostilidad contra los acusados.
Independientemente que sobre esos temas la gran prensa estadounidense sigue sin pronunciarse, Alarcón indicó que la muralla de silencio había comenzado a horadarse por la actividad solidaria de amigos de Cuba en Estados Unidos, como Danny Glober y Saul Landau, este último recién fallecido y quien fuera artífice de unos documentales más reveladores de este proceso, y que también ha encontrado poco espacio en los medios de ese país.
Sobre el libro de Stephen Kimber, “Lo que hay del otro lado del Mar. La verdadera historia de los Cinco”, rechazado por más de una editora norteamericana, encontró eco en varias universidades y ciudades norteamericanas, apuntó Alarcón.
Al respecto, agregó, que un representante de la radioemisora local en Miami, perteneciente a la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, rechazó entrevistar al escritor Kimber al considerar que su libro trataba un tema incendiario y que podría levantar animosidad en la comunidad. Reveló que gracias a las presiones de ciudadanos que llamaron insistentemente defendiendo el derecho a informarse, la entrevista fue programada para este viernes, con la condición de que tendría que participar un personaje miamense, aún desconocido, que pudiera contradecirlo. Eso solo puede suceder en Miami, acotó.
Advirtió sobre la imperiosa necesidad de que el jurado de millones del que habló Gerardo actúe y ayude a difundir el caso a través de medios alternativos, foros, en la blogosfera, redes sociales, publicaciones regulares de gran impacto popular, revistas especializadas, persona a persona, todo ello de manera eficaz, evitando la retórica vacía y los discursos sin argumentos. Podemos hacerlo, las cintas amarillas lo demostraron.
Elizabeth Palmeiro, en representación de los familiares de los Cinco, instó a los presentes a hacerse la pregunta de La Colmenita, ¿Qué más podemos hacer?. En ese sentido exhortó a la unidad de los cubanos en el empeño mayor que es la liberación de los antiterroristas cubanos aún presos. Insistió en las grandes oportunidades que brindan las nuevas tecnologías y los medios digitales para potenciar la campaña.
Recordó que nuestro pueblo es una víctima potencial del terrorismo, por querer precisamente ser soberanos e independientes, razones por las cuales Ramón, Antonio, Gerardo y Fernando guardan injusta prisión.
Las organizaciones de la sociedad civil cubana y agrupaciones internacionales presentes en el foro condenaron el injusto encarcelamiento de los antiterroristas cubanos, que ya suma 15 años, e insistieron en que tienen la obligación moral, cívica y humanitaria de denunciar el caso para que se conozcan sus implicaciones.
Alertaron que el desconocimiento sobre este proceso aún existente en la opinión pública internacional y en el pueblo norteamericano, propicia que el Gobierno de Estados Unidos pretenda desconocer su responsabilidad sobre la situación de los compatriotas encarcelados.
Los foristas, en su declaración final, demandaron al presidente Barack Obama poner fin a esta escandalosa infamia contra los antiterroristas cubanos.
Palabras de René González en la clausura del Foro
“La clausura será breve”, anunció René antes de emitir unas palabras. “Contamos con una sociedad, contamos con una nación, con un pueblo, eso es una ventaja y pesa. (…) Ustedes en este momento representan a la sociedad civil de esta nación. En este encuentro se ha hablado no solo de lo que se ha hecho, sino de lo que falta por hacer, en lo que se ha reconocido que lo más importante es que entendamos que siguen presos. (…) Estamos contra un sistema que cuando se trata de causas políticas ha hecho exhibición de ensañamiento, los Cinco no estamos solos en esto: hace unos días le dimos a la familia de Oscar López Rivera una condecoración. Oscar López Rivera lleva 32 años en la cárcel, y de lo que los fiscales lo acusan (…) es de conspiración sediciosa. Es un ejemplo del nivel de odio que se descargan sobre alguien que se atreve a enfrentarse a su arrogancia, a su sentido de impunidad, y es lo que ha pasado con Cuba y con los Cinco, que representamos precisamente eso: la resistencia de un pueblo que no se ha puesto de rodillas ante la arrogancia. Y eso los enferma, los llena de odio y los hace comportarse según la frase que Silvio nos regalaba tan magistralmente: como bestias ante una luz enceguecedora. Lo digo para que tengamos en cuenta que estamos enfrentando a un montruo, que no es tarea fácil”.
“Como he dicho en otras ocasiones, el Imperio opera sobre el concepto de costo-beneficio. Obviamente, cuando nos arrestaron pensaron que tendrían un beneficio. En aquellos tiempos pensaron probablemente que ni habría costos. Entonces, la venganza para ellos es un beneficio, proteger a sus terroristas lo consideran un beneficio, castigar a Cuba lo consideran un beneficio… Si nosotros nos hubiéramos plegado, hubieran podido acusar a Cuba de asesinato o de espionaje: otro beneficio. Nosotros nos atravesamos un poco, no cedimos, entonces esos dos últimos beneficios se frustraron, pero permanece la venganza, permanece el utilizar a los Cinco como un arma contra Cuba. Y se trata, para los que estamos empeñados en liberar a nuestros cuatro compañeros, de incrementar los costos para el gobierno norteamericano. Ya hay costos y se aproximan más. (…) ¿Cuál es el trabajo nuestro? Seguir insistiendo en que esos costos se incrementen, hasta que llegue el momento en que ellos saquen la cuenta y digan Este negocio ya no nos da más”.
El Héroe de la República se refirió al éxito de la iniciativa de las cintas amarillas gracias al apoyo masivo y espontáneo de la sociedad cubana, como muestra fehaciente de que son esas acciones las que alcanzan verdadero impacto, a nivel internacional “y como lección para nosotros mismos al demostrarnos lo que somos capaces de hacer por nuestra cuenta, sin una orientación superior”.