“Fue un cambio, pasamos de la araña inventada al metrocontador electrónico”, con esa frase caracterizó un cliente de la capital cubana, del municipio de La Habana Vieja, el proceso de instalación de los nuevos contadores de energía eléctrica. Otros residentes argumentaron que ahora el importe de la factura era más alto, mientras un vecino aclaró: “Hay que ajustar el consumo al bolsillo”.
Los viejos metrocontadores han dejado de estar colgados en la pared; los cables en forma de tejido inimaginable, muchos de ellos sin las cubiertas que un día los protegieron, han desaparecido casi todos luego de iniciar la sustitución de los antiguos equipos por unos nuevos muy precisos.
Múltiples brigadas del país dedican esfuerzos para hacer el cambio y tienen también el apoyo de la población. El ingeniero René Navarro, jefe del grupo de atención al sector residencial de la Unión Eléctrica, explicó que se sustituyeron más de 2 millones 800 mil metrocontadores obsoletos por electrónicos, de los 3 millones 700 mil clientes del sector residencial que existen en todo el territorio nacional.
En particular la provincia de Guantánamo efectuó de manera total el cambio, y avanzan Cienfuegos, Sancti Spíritus, Mayabeque e incluso La Habana. Esta medida disminuye las posibles violaciones de las regulaciones del servicio eléctrico y mejora la calidad de las mediciones, por lo que se garantiza una protección al consumidor. “Se cobra justamente lo que el cliente consume y obliga al personal que mide a ser exactos”, enfatizó René Navarro.
Del residencial al estatal
Este proceso de modernización y automatización llega también al sector estatal. Los 17 mil centros laborales grandes consumidores como Antillana de Acero, Planta Mecánica, hoteles, acueductos, centrales, tienen instalados una medición de última generación.
Son metros multifunción, que registran varios parámetros eléctricos e indican la calidad del servicio. Este tipo de dispositivo permite además obtener la lectura automática y de forma remota mediante un soporte adecuado de comunicación. Este estudio de telemedición puede llegar en dos años a más de 10 mil entidades.
Por otra parte los más de 100 mil servicios de todo el país del sector estatal, considerados como consumidores menores, al terminar este año tendrán implementado un moderno sistema de medición y facturación, conocido como controlador de energía, el cual permite al usuario administrar racionalmente el plan concebido para realizar su producción con un control diario de la energía que queda por consumir.
Se comienzan a realizar estudios en los circuitos secundarios de los transformadores de distribución, que permiten conocer su cargabilidad y las pérdidas de energía en esta parte de las redes eléctricas. De igual manera se efectúan inspecciones sistemáticas a los trabajadores por cuenta propia, con positivos resultados.
Apoyo de entidades a la rehabilitación
Para poder emprender el actual proceso de modernización de la medición de la corriente eléctrica fue imprescindible acometer otro que ha llevado años: la rehabilitación de las redes, que se inició en el 2006 debido a su obsolescencia y deterioro. Ante esta situación fue necesario establecer una política de mantenimiento, introducir nuevas tecnologías, así como su automatización.
En tal sentido se han realizado inversiones y mejoras sustanciales a redes de todo el país, creado nuevas subestaciones, sustituido equipos, construido nuevas líneas y hecho mejoras en cambios de calibres.
Empresas cubanas han apoyado este proceso. Anteriormente se importaban 15 mil transformadores al año, los que en la actualidad se elaboran en la fábrica de transformadores Latino, de La Habana, aspecto que constituye un ahorro considerable.
La fábrica de fusibles y desconectivos de Villa Clara se dedica a la confección de elementos para el sistema eléctrico nacional. Esa entidad posee varias líneas de producción, todas de extraordinaria importancia para mantener y estabilizar el servicio eléctrico, entre estas el eslabón de fusibles de media tensión (caballitos), además el cortacircuito de expulsión, el cual protege al transformador.
Asimismo se calibran y ensamblan contadores de energía eléctrica que son entregados al sistema energético nacional con los parámetros establecidos para las condiciones cubanas, también seccionadores monopolar y tripolar de elementos de redes, que tienen como propósito dividir los circuitos eléctricos con el objetivo de favorecer la mejor atención a la población. Junto con ello se elaboran luminarias de alumbrado público, brazos para estas, así como terminales tubulares para el montaje de los grupos electrógenos.