Foto: Omara Fonseca/ AIN
José Pertierra es cubano, viajó a Estados Unidos a los 9 años y se graduó en leyes por la Universidad de Georgetown en Washington DC, ciudad donde reside y tiene su bufete. Como profesional se ha especializado en casos de Derechos Humanos e Inmigración. Representa al gobierno venezolano en el caso para la extradición del terrorista Luis Posada Carriles y ha seguido muy de cerca desde su mismo origen el caso de “Los Cinco”. A propósito de cumplirse quince años del arresto en Miami de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, Pertierra accedió a responder este cuestionario
Iroel Sánchez: Suponiendo que tuvieras que explicarle a un norteamericano promedio el llamado “Caso de Los Cinco”, ¿qué le dirías?
José Pertierra: He estado tratando de explicarle este al pueblo estadounidense desde hace años. El problema es que ha sido muy difícil hacerle llegar el mensaje.
Los Cinco son inocentes de haber conspirado para cometer espionaje contra los Estados Unidos. Fueron condenados en Miami, a pesar de que la fiscalía no pudo presentar ni un solo documento clasificado que hayan obtenido o tratado de obtener. Fueron condenados, porque Miami es una ciudad sumamente parcializada en contra de Cuba. El pueblo estadounidense se enteró, creo que por primera vez, de ese fenómeno cuando el caso Elián. Solamente en Miami alguien en su sano juicio puede pensar que hay que quitarle la patria potestad al padre de un niñito de 6 años, únicamente porque el padre desea vivir con su hijo en Cuba.
Predomina en Miami un odio enfermizo desde que llegaron los batistianos, después del triunfo de la Revolución. Lastimosamente es un odio que se hereda y que domina la conversación sobre Cuba cotidianamente en la radio y la televisión miamense. Solamente en Miami pudiera un jurado condenar a cinco personas que se dedicaban infiltrar a las organizaciones terroristas del sur de la Florida. Los Cinco lograron obtener evidencia para que el FBI arrestara a los terroristas de Miami, pero en vez de arrestar a los terroristas, el FBI arrestó a los Cinco.
Fueron condenados ante un jurado sumamente parcializado y sentenciados a largas penas carcelarias. Gerardo Hernández, por ejemplo, fue condenado a doble cadena perpetua más 15 años, porque también lo condenaron por conspiración para cometer homicidio: un cargo tan ridículo que la propia fiscalía quiso retirarlo porque pensó que podía probarlo. Por razones misteriosas, la Jueza Lenard no permitió el retiro de ese cargo y Gerardo fue injustamente condenado a una cadena perpetua adicional sin evidencia alguna. Solo en Miami puede haber ocurrido eso.
Contestando tu pregunta, le diría al pueblo estadounidense que, aunque no se hayan enterado, Miami funciona con sus propias reglas, prejuicios y odio. Le diría que los Cinco hubiesen sido absueltos de todos los cargos—salvo de no haberse inscrito como agentes de Cuba—si el juicio se realiza en cualquier otra ciudad del país. Le diría que la fiscalía lo sabía y que por eso insistió tan fuertemente para que la jueza denegara la solicitud de la defensa para un cambio de sede. Le diría que los Cinco son inocentes y que no recibieron en Miami el debido proceso de la ley, y que sus derechos constitucionales fueron violados en Miami y que hay que liberarlos inmediatamente.
I.S: Has seguido de cerca el tema de Los Cinco ¿Cómo ves la su situación en este momento y qué perspectiva ves de solución?
J.P: La solución del caso de los Cinco está en manos del Presidente Obama. Con un plumazo puede liberarlos. La Sección 2 del Artículo 2 de la Constitución de los Estados Unidos le otorga al Presidente pleno poder —sin restricción alguna— para perdonar la condena de un preso o para concederle clemencia ejecutiva y liberarlo inmediatamente.
Un perdón es un acto ejecutivo que absuelve al acusado de todas las consecuencias de su condena. Una clemencia mantiene la condena, pero reduce o elimina la sentencia. Ambos mecanismos tienen como resultado la liberación del preso.
Históricamente, los Presidentes han concedido miles de perdones y clemencias. Por ejemplo, los Presidentes Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush Sr., Clinton, Bush Jr. y Obama han concedido 4,828 perdones y clemencias en las últimas cinco décadas.
Los Cinco fueron procesados injustamente por el gobierno de los Estados Unidos, porque son cubanos, y Washington mantiene una relación muy tirante con la Revolución. Pero el Presidente Obama ha dicho que está dispuesto a dialogar con todas las naciones. El Presidente debiese estudiar las acciones del Presidente Woodrow Wilson después de la primera guerra mundial, cuando perdonó a decenas de socialistas, pacifistas y sindicalistas que habían sido condenados injustamente durante la guerra. Un vocero del Departamento de Justicia explicó en 1919 que el Presidente los había perdonado, porque “los presos fueron víctimas de las pasiones y los prejuicios guerreristas, y consecuentemente habían recibido largas sentencias que no estaban en proporción a los delitos.”
Igual los Cinco fueron condenados a largas sentencias que no estaban en proporción a las acciones que cometieron. Vinieron a los Estados Unidos para acumular evidencia, que Cuba posteriormente compartió con el FBI, sobre unos terroristas que habían volado aviones, puesto bombas en hoteles y restaurantes en Cuba y asesinado a muchos cubanos. No merecen estar presos. Al contrario, el gobierno de los Estados Unidos debería agradecer la entrega de la evidencia que, gracias a ellos, Cuba le proporcionó al FBI. También debería darle una explicación al mundo de por qué Washington no ha querido arrestar y procesar a los terroristas de Miami
I.S: Como jurista que trabajas en Washington DC ¿Qué conocimiento y sensibilidad aprecias entre abogados y profesionales del derecho en Estados Unidos acerca de este caso?¿Conocen las violaciones y arbitrariedades que se han cometido contra René, Gerardo, Antonio, Fernando y Ramón?
J.P: Lastimosamente, no se ha logrado educar a los abogados estadounidenses sobre el caso de los Cinco. Son muy poquitos los que lo conocen y una pequeñísima minoría la que conoce las violaciones que ha cometido el gobierno contra esos cinco inocentes compañeros. Es una reflexión de la sociedad estadounidense que los medios televisaron en vivo y en directo el juicio completo de Jodi Arias, una mujer que mató a su marido en Arizona, pero no reportan sobre el caso de los Cinco. Que el caso O.J. Simpson haya también sido televisado, comentado y revisado ad nauseam por los medios, pero nada sobre los Cinco. Así es este sistema. Vale más el teatro que la realidad. La farándula pesa más que la injusticia.
I.S: ¿Por qué la prensa de Estados Unidos continúa dando un tratamiento marginal al tema de Los Cinco?¿Es posible cambiar eso?
JP: No es nada fácil cambiar el trato marginal que la prensa le da al caso de los Cinco, pero sí es posible utilizar los medios alternativos para hacerle llegar la historia de Los Cinco al público. Ya los medios tradicionales no tienen un monopolio sobre la prensa. Ahora existe Facebook, Twitter, los Blogs, el YouTube, y otras formas de comunicación. Los jóvenes estadounidenses no leen la presa escrita, y no ven los noticieros nacionales. Se informan a través de los medios alternativos y los programas de comedia noticiosa como, por ejemplo, el programa de Jon Stewart. Hay que buscar la manera de penetrar esos medios. Esta idea de René, la de cinta amarilla, es genial. Sintoniza con la historia del propio pueblo estadounidense. Acá reconocen enseguida lo que significa la cinta amarilla.
La identifican con los prisioneros de guerra que tenían en Vietnam, con los rehenes que tenían en Irán, y con los deseos humanitarios de los familiares de cualquier preso. También el video que grabaron nuestros músicos. Silvio, Amaury, Kiki y los demás cantaron en inglés una canción muy conocida acá. La canción de Tony Orlando: “Tie a Yellow Ribbon”. Esa canción llegó a ser número 1 en los Estados Unidos en 1973. Todos la conocen. A través de la cultura, de los artistas, de los músicos, los escritores, y los poetas, utilizando los medios alternativos le podemos llegar al corazón del pueblo estadounidense. Un video de Silvio, Amaury, Kiki, Frank Fernández y otros músicos cubanos con algunos músicos estadounidenses sería todavía más fuerte. Ojalá que puedan lograr eso.
I.S: ¿Cómo recibiría la opinión pública norteamericana un gesto del Presidente Obama liberando a nuestros cuatro compatriotas que aun están en la cárcel por combatir el terrorismo, al que muy probablemente el gobierno cubano respondería con la excarcelación de un ciudadano estadounidense que guarda prisión aquí por violar la soberanía cubana, implementando los planes de “cambio de régimen” que financia Washington contra la Isla?
J.P: Te lo digo muy francamente: ni fu, ni fa. No creo que los temas de Cuba, los Cinco o incluso el de Alan Gross están en el radar de la opinión pública estadounidense. Cierto es que la liberación de los Cinco y de Alan Gross saldría en la prensa por aproximadamente 48 horas. Pero después de eso, pasarían la página para volver a concentrarse en el próximo escándalo sexual de algún politiquero o algún video escandaloso que grabe Miley Cyrus. Este país es así. Algo que muchos en Cuba no han logrado entender o aceptar, porque es algo tan insólito
I.S: En estos momentos desde Cuba se impulsa una nueva campaña por la liberación de Los Cinco que incluye el llamado de René González, el único de estos antiterroristas que ha podido regresar a Cuba, a utilizar un símbolo como las cintas amarillas para dirigirse al pueblo estadounidense. Destacados músicos cubanos han versionado la canción que en 1971 popularizó en Estados Unidos el uso de la cinta amarilla para esperar a un ser querido. Escribiste un artículo en que llamas a desatar un “huracán amarillo” que llegue hasta la Casa Blanca ¿Qué relación ves entre lo que hagamos en Cuba y el hecho de que se conozca esta enorme injusticia en Washington?
J.P: Arriba te contesté esta pregunta, antes de que me la hicieras. Pero te quisiera recalcar. La campaña de la cinta amarilla es una de las mejores ideas que ha surgido alrededor del tema de los Cinco. No le vamos a llegar al pueblo estadounidense con discursos o anuncios pagados en el Washington Post. Tampoco con pancartas en Miami. Tenemos que llegarle por el costado. Es decir, a través de la cultura y de los medios alternativos usando símbolos que se entiendan acá. La batalla para liberar a los Cinco pasa por el corazón de este país. Hay que llevarles el mensaje al estadounidense de a pie en Kansas, en Iowa, en Indiana, en Ohio, y en Illinois. En ciudades como Chicago, Boston, Washington y New York. Así ganamos el caso Elián. Miami es una ciudad contaminada de odio contra Cuba. Si hubiésemos batallado el caso Elián en Miami, hubiéramos perdido. Lo ganamos, porque nos enfocamos hacia el pueblo estadounidense y no hacia los cubanos de Miami.
Tengo la confianza que la liberación de René marca una nueva etapa en esta lucha. René es el rostro de los otros cuatro compañeros. Hasta ahora el caso no tenía rostro, porque los Cinco estaban todos presos. Ahora uno está libre y puede educar al público sobre el caso. Lo que fue Emile Zolá para Dreyfus será René para los Cinco. Cada caso político necesita un Emile Zolá. Ya los Cinco lo tienen. Se llama René.
(Tomado de CubAhora)