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Con un ippón electrizante de la campeona olímpica y mundial, Idalis Ortiz, válido para darle a su selección la medalla de bronce en la competencia por equipos, cerró la actuación cubana en el XXIX campeonato mundial, celebrado durante una semana en el gimnasio Maracanazinho, de Río de Janeiro.
Cuba había comenzado con victoria sobre Mongolia 3-2, pero luego cedió ante Holanda 1-4, lo que la envío a la repesca contra Kazajastán, a la que derrotaron 4-1. Por el bronce contra las sudcoreanas, María Celia Laborde abrió con importante éxito por ippón, Yanet Bermoy cayó inesperadamente por la misma vía, en tanto Maricet Espinosa inclinó la balanza con excelente proyección.
Tras la derrota de Onix Cortés, Idalis se encargó de decidir y lo hizo con toda la calidad que le concede ser hoy la mejor judoca del orbe en su categoría. De esta manera, las dirigidas por Ronaldo Veitía repitieron el tercer puesto del 2011 y se ratificaron en la elite, detrás de Japón y Brasil, oro y plata, respectivamente.
En el apartado masculino terminamos séptimo, con éxito sobre Uruguay 4-1 y revés por barrida ante Rusia. Es bueno aclarar que siempre salimos en desventaja al no tener judoca en 66 kilogramos.
Acciones y lecciones
El segundo lugar de nuestras damas en la tabla de posiciones —detrás de Brasil (1-2-2)—, gracias al título de Idalis, los quintos lugares de María Celia Laborde (48 kg) y Kaliema Antomarchi (78), y los séptimos de Dayaris Mestre(48) y Yanet Bermoy (52), es meritorio con lecciones a posteriori.
Idalis es una fuera de serie sobre el tatami y sabe manejar con inteligencia y paciencia a sus contrarias más difíciles, tal y como hizo con la japonesa Megumi Tachimoto en semifinales. Ahora que alcanzó los mayores títulos en dos años habrá que guiarla con más precisión para que termine el ciclo con idénticos resultados.
Muy buena impresión dejaron Laborde y Kaliema, combativas y nunca dadas por vencidas; Bermoy no subió al acostumbrado podio y su físico pareció resentirse en exceso; en tanto Onix Cortés (70) y la debutante Anailys Dorvigny (57) evidenciaron que son las divisiones más débiles del conjunto.
Asley, un líder inmenso
La corona de Asley González (90) cargó matices dramáticos al lado de la felicidad que representó ser el primer monarca cubano en esta lid. Peleó cinco veces con un corazón de guerrero indomable, al que poco le importó que el griego Ilias Iliadis, campeón olímpico y doble titular del orbe, se le cruzara en semifinales y declara “voy por mi tercer oro”. ¿Qué le habrá dicho Asley minutos más tarde? “El oro es mío, repártanse…”
A punto de cumplir 24 años, el villaclareño sueña con ese título olímpico que se le escapó en los últimos segundos en Londres. El respeto que inspira es de los más grandes de un judoca cubano desde el retiro de Manolo Poulot y Yordanis Arencibia.
Del resto de la tropa lo mejor correspondió al séptimo escaño de Oscar Braison (+100), quien una vez más le tocó cruzar antes de las preseas con el francés Teddy Riner, seis veces monarca del planeta. Con mucha carga positiva pelearon José Armenteros (100) y Yeslandis Echemendía (90), a quienes se les vió condiciones para ser futuros medallistas universales. Magdiel Estrada (73) y Jorge Martínez (81) aún están lejos de ese nivel.
Cierra un mundial con Cuba como tercera general por naciones y una clara señal de que los premios obtenidos no deben obnubilar el camino que hoy exhibimos en estos certámenes: 17 oros, 18 platas y 34 bronces, de ellos 15-14-26 de nuestras féminas.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
