Por Fernando Rodríguez Sosa
De inconmensurable puede calificarse, sin temor a la exageración, el legado del Héroe Nacional José Martí. Sus textos, tanto en prosa como en verso, resultan sustancial fuente de conocimiento, de sabiduría, de reflexión, acerca del vasto universo de realidades y problemáticas que ocupó, y preocupó, al más universal de los cubanos.
Al leer esos artículos, ensayos, discursos, cartas, es sorprendente comprobar la vigencia del ideario del Apóstol que, con el devenir del tiempo, ha trascendido su época, para así esclarecer, guiar, orientar, aconsejar, las acciones a emprender en los inicios de un nuevo siglo y milenio.
Contribuir a la promoción de ese ideario es el empeño que llevó a Ramiro Valdés Galarraga a dedicarse, por varios años, a seleccionar y ordenar el pensamiento del Maestro, con el propósito de presentar, en un solo volumen, esas definiciones que, a lo largo de su extensa obra, dejó, para su tiempo, y para el porvenir, el Héroe de Dos Ríos.
Diccionario del pensamiento martiano (Editorial de Ciencias Sociales, 2012, 788 pp) es el título de esa obra, publicada originalmente en el año 2001, ahora en su tercera edición ampliada, en que, en orden alfabético, se recopilan más de nueve mil asientos que reproducen definiciones presentes en la obra del autor de La Edad de Oro.
En las palabras de presentación del volumen, Valdés Galárraga aclara:
Sintetizar la idea martiana fue siempre una constante en mis proyectos, pero esta idea no era de fácil ejecución. La abundancia de materiales, la diversidad de temáticas y la amplia gama de sus enfoques filosóficos, políticos y de toda índole, hacían verdaderamente ardua y delicada la ambiciosa tarea de una síntesis martiana que pudiera dotarnos de una especie de “Martí de bolsillo”, o de un “Martí en la mano”. Pero como deseaba un título más sustancial, opté por el de Diccionario del pensamiento martiano…
(…)
Es bueno señalar que esta obra no es un texto enciclopédico, muy lejos está de serlo; pero creo que la preparación de una enciclopedia martiana equivaldría a algo así como una duplicación de su obra completa, puesto que toda ella puede considerarse antológica –lo que, en última instancia, le haría perder su pretendida condición de síntesis.
Vinculado por décadas a la docencia en diferentes niveles de enseñanza, Ramiro Valdés Galarraga (La Habana, 1919) desempeñó, asimismo, labores editoriales y de dirección en organizaciones políticas. Se dedica, en la actualidad, a investigar sobre temas históricos, políticos y científicos.
En el prólogo a la primera edición de este diccionario, José Cantón Navarro comentaba el inapreciable servicio prestado por el autor a investigadores y estudiosos de la obra martiana, a periodistas y profesores y, de manera especial, a las nuevas generaciones, para así contribuir a “su formación como cubanos, como hombres y mujeres leales a su patria, a sus próceres y a la humanidad”.
Otras obras, con similares presupuestos y fines, han intentado develar el ideario del Maestro. Ninguna, sin embargo, alcanza la trascendencia de este Diccionario del pensamiento martiano. Monumental aporte de Ramiro Valdés Galarraga al conocimiento y estudio de la huella de un hombre que, desde el siglo XIX, es ya presencia imprescindible en la historia del mundo.
