Con nocao de 14-4, el equipo campeón de la 51 Serie Nacional, los tigres de Ciego de Ávila, ganó la tercera edición del torneo mundial de retadores, conocido también como Challenger, y de esta manera retuvo para Cuba una corona que conquistó por vez primera en la versión inaugural del 2009.
Tal y como había anunciado el mentor Roger Machado, el abridor Yander Guevara fue el designado para tirarle a la escuadra JX ENEOS de Japón, la cual mantuvo el marcador abrazado a cuatro carreras hasta la cuarta entrada, cuando un racimo de seis anotaciones decretó, casi por adelantado, el desenlace de la final.
Finalmente, la sentencia del nocao llegó en el octavo episodio, cuando Yoelvis Fiss casi en una película similar al anterior partido contra los nipones- pegó jonrón con Raúl González en segunda, lo cual provocó una explosión de alegría antillana en el estadio Citizen Field e hizo olvidar el frío de la noche a los más de 5 mil espectadores que se dieron cita.
Los mejores hombres a la ofensiva por los cubanos fueron Yorbis Borroto (4-3 y tres remolques), Rubén Valdés (4-3 y dos impulsadas), Raúl González, Isaac Martínez y Humberto Morales (todos de 4-2); al tiempo que Guevara completó ocho inning a ritmo de ocho ponches, siete sencillos permitidos sin boletos.
A los que dudaron ya tienen respuesta. Para los cubanos que nos siguen todo, para Ciego de Ávila este trofeo, sentenció Machado a la publicación Jit; mientras los medios locales reseñaron que otra vez Cuba demostró por qué es una de las grandes potencias del mundo en este deporte, al ganar el certamen con su campeón local.
En el partido por el bronce, Estados Unidos sorprendió al ganarle a la selección nacional de Taipei de China 9-7. Los anfitriones canadienses cerraron la tabla de posiciones sin haber alcanzado un triunfo.
La demostración del equipo cubano debe calificarse como excelente y ratificó, una vez más, lo importante que resulta una formación unida, disciplina, divertida cuando juega béisbol y mentalizada con la victoria desde la primera salida al terreno, más allá de si la calidad del certamen era o no de primera categoría.
Con anterioridad, Cuba había participado con selecciones nacionales en este evento y la ofensiva nunca resultó tan elevada como la de los avileños, quienes recibieron además los títulos personales de campeón de bateo: Raúl González y jugador más valioso: Yoelvis Fiss.