“iQué aguante!”, exclama ella. “Se me corría para los carnavales de Vertientes, Florida, Camagüey…”.
“Nada de eso, iba solamente a trabajar”, riposta riendo él. “¿Quién ha estado a tu lado tanto tiempo?”
“Solo tú, yo bromeaba. Ahora hablo en serio: llevamos 65 años de matrimonio, en las buenas y en las malas”.
Cuéntennos más de su vida, les incité.
“Muy duro fue antaño el brutal desalojo porque, como tantas familias cubanas, tuvimos que abandonar la finca cuando le dieron candela a nuestra casa con todo adentro, pero siempre tuve presente lo que nos dijo mi padre: ‘Cuando tengan un gobierno justo, defiéndanlo hasta la muerte’, y he ido cumpliendo ese consejo al lado de mi esposo”, cuenta Elvira.
“Comenzamos ambos en la lucha clandestina contra la dictadura de Batista. Luego nos consagramos en las tareas de la Revolución desde 1959. Todavía estamos guapeando, ¡y como nos falta por hacer!”, subraya Nazco.
¿Qué defienden a su edad?
“Muchos valores que no pueden perderse como la solidaridad, el patriotismo, la unidad del barrio”, dice Elvira y continúa Nazco: “Mi compañera, desde que me enfermé, atiende el campo de tiro recreativo popular, ubicado frente a nuestra vivienda, donde me entretengo con los niños”.
¿Son de su inspiración estos originales cuadros?
“Sí. ¿Que cómo lo hacemos?, enseguida le explico. Antes fíjese que mi casa es como un pequeño museo de la Revolución. Mire el retrato del Che, este otro de Camilo, el de Hugo Chávez… son estas fotografías mis tesoros, junto a las de mi familia.
“Todo el trabajo es a mano: recorto letras del periódico, las pego en un plástico, las pico, las mojo y le retiro el papel, luego las coloco con un pegamento especial en la parte frontal de televisores en desuso que preparo tipo portarretrato y les adapto las fotografías.
«El más reciente cuadro fue el de nuestro Comandante en Jefe, con motivo de su cumpleaños el 13 de agosto. Hace más de una década lo celebramos y le hemos enviado siempre a Fidel, en un disco compacto, las fotos de la fiesta que tienen la participación de artistas, trabajadores del deporte y de tantos niños que recibimos con gran alegría, como a nuestros propios nietos”.
El único que no enseñó fue en el que este miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana aparece distinguido con múltiples medallas,.
¿Qué mensajes trasmiten las piñatas que ustedes confeccionan?
«Las últimas tres representaron el yate Granma, el tanque de guerra de la victoria en Playa Girón y un avión simbolizando los 55 años de la Revolución cubana, todas con un mensaje educativo sobre hechos vinculados a la obra extraordinaria de nuestro máximo líder”.
Su esposa retoma la conversación: “Cuando estaba terminando el avión, él me dijo que le ayudara y preguntó: ‘¿Vieja, y en el 2014 cómo hacemos la piñata?’. Le respondí que había bastante tiempo, pero no se conformó, comenzó a crear cosas para conmemorar el 88 cumpleaños del Comandante.”
¿Fidel es su ídolo?
“Más que eso, enfatiza Nazco, pues nos ha dado mucho más que la libertad. Además, tuve el privilegio de sostener encuentros con él en mis tiempos como dirigente de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), cuando yo atendía aquí el frente industrial y agropecuario.
“Esta foto, junto a Fidel, constituye una de sus visitas a la actual provincia de Ciego de Ávila”, afirma y detalla el contenido del cuadro en la sala de su hogar, en la calle Cándido González número 4, del poblado avileño de Pina.
Quiere disimular, pero no logra ocultar más un secreto. “Bueno, realmente fui el de la iniciativa de que el jefe de la Revolución firmara el libro de los visitantes, antes de concluir su recorrido por la cooperativa de Antonio González, Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
“Sí, ha salido varias veces en la prensa que poco tiempo después lo firmó el General de Ejército Raúl Castro, y luego su hermano Ramón, acontecimientos que no se olvidan en esa unidad cañera que figura entre las más eficientes del país desde su fundación.
Rafael Nazco Sotolongo y Elvira Prado Companioni forman una pareja de “ampanga” o de armas tomar, dicho a lo cubano.