Con su protagonismo en la obra de la Revolución, las mujeres han trascendido, sin negarla, la sentencia martiana de que ellas son el taller natural donde se forja la vida, porque más allá de esas dotes también las hay que visten el futuro, y con esas cualidades como banderas saludan el 23 de agosto, fecha que marca la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, organización que las integra y representa en la sociedad civil de la nación.
Porque, qué son sino esos niños, adolescentes y jóvenes que este septiembre, cuando comience el nuevo curso escolar, traspasarán los umbrales de las instituciones docentes con el rumbo y el interés puestos en el afán de un universo de saber más amplio en un país que garantiza iguales oportunidades y escenarios múltiples para materializar esos anhelos.
En casi todos estará la impronta de un desempeño comprometido y alcanzado a fuerza de voluntad, creatividad y ternura por las 778 féminas que integran la plantilla de la Empresa de Confecciones Textiles MELISSA, de Las Tunas, quienes hace ya unos días cumplieron el compromiso de confeccionar y entregar para su comercialización en todo el país la cifra de 404 mil 300 uniformes escolares destinados a los estudiantes de las enseñanzas Primaria, Secundaria -tanto las urbanas como las ubicadas en el campo- y la Técnico Profesional.
Los atuendos fueron producidos en los siete talleres de que dispone la entidad en este territorio del oriente cubano, entre los cuales sobresalió el colectivo del establecimiento Tania La Guerrillera, del municipio de Jesús Menéndez, al fabricar 139 mil de estos conjuntos, según dijeron a la prensa directivos del sector.
Ahora, las 153 mujeres que ocupan plazas en el “Tania La Guerrillera” elaboran otros surtidos, que incluyen camisas de de vestir; mientras, las de Jobabo y Colombia, dos territorios del sur con unidades de este tipo, confeccionan batas para trabajadores de la Salud; y, en el “Ana Betancourt”, de Puerto Padre, los esfuerzos se dirigen a la fabricación de uniformes militares.
