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Grand Prix: Vistazo in situ

Por Alfonso Nacianceno, especial para Trabajadores

Ekaterimburgo, Rusia.—El hecho de que, como en la semana precedente, la selección femenina de voli haya perdido también sus tres partidos en esta sede del Grand Prix, no implica en modo alguno considerarla varada en el mismo punto de su debut.

Son varios los factores actuantes en su imposibilidad de haber vencido al menos en un desafío. Por ejemplo, ante Tailandia, en dos de los cuatro sets se les dieron condiciones ventajosas que no supieron aprovechar en pos del triunfo y ayer se batieron también con Rusia en la misma cantidad de parciales (25-17, 25-14, 16-25, 25-17).

Si bien el recibo ante servicios fuertes como los de Bulgaria, Italia o Rusia, no ha funcionado eficientemente, tampoco la escuadra cuenta con pasadoras que mantengan, dada su inexperiencia, una labor coherente en este sistema de juego 5-1 que la realidad les ha impuesto, al abandonar la nómina las dos acomodadoras regulares destacadas como anotadoras en la Copa Boris Yeltsin, realizada precisamente en esta ciudad, semanas atrás.

Las actuales acomodadoras, Dayrilis Cruz y Beatriz Vilches, aun cuando se han esforzado al máximo, cargan una deuda importante en lo referente a haberse probado en este alto nivel del voli mundial.

Cruz (22 años de edad), improvisada en esta posición un par de semanas antes de entrar en el Grand Prix, cambió su rumbo de atacadora auxiliar con buenos resultados en la Boris Yeltsin, a levantadora de balones, sin poseer aún un criterio firme para ordenar y diversificar el juego, de ahí que en los cierres de los últimos partidos el mentor Juan Carlos Gala la haya sustituido por Vilches (18 años), que aunque carga también una deuda en lo concerniente a la experiencia, siempre ha sido acomodadora.

Residen en la recepción y el pase las mayores deficiencias, pues en  la defensa del campo en los desafíos recientes se ha visto un poco más de disposición a salvar balones, sobre todo los que las rivales dejan caer detrás del bloqueo, acciones en la que ha participado la líbero Emily Borrell.

Párrafo aparte merece la niña Melissa Vargas, muy valiente en su decisivo papel de atacadora opuesta. Ha ido incrementando el rendimiento (a Tailandia le marcó 10 puntos y al día siguiente le anotó 14 a Italia con 4 del servicio), y a Rusia le castigó con 18. Se le ha visto alegre, efectiva, desprejuiciada y, de continuar por ese camino, a pesar de su corta edad, puede erigirse en la punta de lanza impulsora de sus compañeras. No así la auxiliar debutante Jennifer Álvarez, pues no acaba de rendir lo esperado. Yoana Palacio, ahora auxiliar, sufre bastante en el recibo, porque las oponentes conocen sus dificultades y la asedian dirigiéndole el saque fuerte, o el flotado con efecto, en el que el balón cae peligrosamente en el último momento de su trayectoria.

La central Rosanna Giel ha dado los mejores frutos para el equipo, (ayer 9 tantos vs. Rusia) en tanto la capitana y también principal Daymara Lescay, se ha mantenido discreta, al punto de haber sido sustituida por Alena Rojas, una joven que cumplió 21años aquí días atrás, poseedora de un potente ataque, pero inexperta también. Esta ha sido la formación regular, sin dejar de afirmar que Gala no tiene a mano jugadoras de cambio capaces de responder en el terreno.

Las cubanas consumirán su tercera serie del Grand Prix, el próximo fin de semana en Kazajstán. Cuando entren en el tramo final de la eliminatoria, indiscutiblemente no serán el mismo equipo del principio, a pesar de los reveses.

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