Los antillanos, a pesar de la renovación en sus filas – 13 debutantes en estas lides—seguirán teniendo muchas miradas encima dada la historia y el palmarés de nuestro país en lides universales, que puede resumirse como quinto lugar general (19-21-9), solo antecedido por Estados Unidos (132-74-69), Rusia (67-84-76), Alemania (51-50-55) y Kenia (38-33-29).
Además, desde nuestro debut en 1983 nunca hemos regresado sin preseas, en tanto desde Sttugart 1993 hasta Berlín 2009, siempre ganamos al menos un oro, lo cual fue interrumpido hace dos años en Daegu, tras la descalificación a Dayron Robles en la final de los 110 con vallas por un roce personal con el chino Liu Xiang.
De esta embajada atlética, tres nombres parecen tomar la avanzada en cuanto a pronósticos de medallas se trata: la subcampeona olímpica de Londres 2012, Yarisley Silva; el titular mundial juvenil en triple salto, Pedro Pablo Pichardo; y la tres veces medallista del orbe en forma consecutiva en disco, Yarelis Barrios.
En el caso de los primeros son punteros en el ranking universal de sus especialidades y de mantener esa estabilidad en los días que le corresponde salir al imponente estadio moscovita (Silva buscará el 12 de agosto el pase a la final el día siguiente; mientras Pichardo debe incluirse en la final el domingo 18) pueden ser los respectivos campeones de sus modalidades, o al menos subir al podio.
La pinareña Barrios pudiera ser, como en los tres últimos mundiales, la primera medallista de Cuba, pues competirá el sábado en la clasificatoria y debe hacerlo el domingo en la final. Para lograr su objetivo de su cuarta presea del orbe tendrá que mandar el disco por encima de los 68 metros (su marca personal es 68.03), pues sus rivales superan esta cota con facilidad en esta temporada.
Fuera de estos tres nombres, aparecen entonces con las mayores opciones de luchar por ser finalistas y quizás alguna medalla varios atletas que conocen lo que es llevar sobre su pecho este tipo de diadema. Son ellos el decatlonista Leonel Suárez, el jabalinista Guillermo Martínez, la martillista Yipsi Moreno (tres veces monarca 2001, 2003 y 2005) y el pertiguista Lázaro Borges, quienes han sido perseguidos por lesiones recientes o no han tenido este 2013 resultados sobresalientes.
A ellos pudiera sumarse el vallista corto, Orlando Ortega, que tras el 13.08 del pasado 1 de junio, fue sancionado por indisciplina y no pudo seguir en el circuito internacional. Si lograse acercarse a ese registro tendrá asegurado un puesto en la discusión de medallas y quizás rozar uno de los tres lugares.
Asimismo, Omar Cisneros en los 400 con obstáculos, Yorgelis Rodríguez en el heptalón y alguna de las discóbolas Yaimé Pérez o Denia Caballero, también están preparadas para aportar puntos, tan necesarios a la hora de decidir la clasificación final por países.
Ojalá me equivoque, pero el resto de los integrantes cubanos al mundial en Luzhniki no deben pasar de las semifinales, aunque sus marcas son las exigidas por la Federación Internacional de Atletismo para haber llegado hasta allí. En el deporte rey son pocas las sorpresas que se dan en el camino a una medalla, y menos a un título.
Una conclusión salta a la vista: de cuatro a cinco preseas, con una dorada incluida, sería una actuación equilibrada para Cuba, empeñada en seguir entre las cinco potencias del deporte rey en el mundo.