Refiere el remitente que con anterioridad les pagaban a razón de 3,99 pesos por la recogida de cada metro cúbico y tenían como obligación dejar las zonas que les pertenecían totalmente limpias, o sea, llevarse todo tipo de basura, escombros, chatarras y otros desechos sólidos, limpiar patios, chapear, desmochar y podar.
Y explica que al tirar los sacos para el camión de recogida han sufrido heridas y hasta pinchazos con agujas de inyectar, lo cual resulta muy peligroso. Como parte esencial de la campaña de higienización y limpieza, para evitar epidemias y la proliferación del mosquito Aedes aegipty, acopiaban grandes volúmenes de desechos, por lo que llegaron a ganar entre mil 200 y mil 500 pesos. Pero —apunta Humberto— la dirección municipal de Trabajo no estuvo de acuerdo en que ganáramos esa cantidad y planteó que el pago no podía ser superior al 140 % del salario base.
“Trabajamos más de 10 horas diarias para mantener las áreas limpias, no tenemos casi descanso”, subraya y expone que le aplicaron otro sistema, a razón de 2,07 el metro cúbico, por lo que perciben entre 340 y 450 pesos. Señala, además, que en otros territorios, como Villa Clara y Ciego de Ávila, el salario se mantiene en unos mil 500 pesos. “¿No somos trabajadores iguales?”, pregunta y agrega que tienen que comprarse los guantes a 35 pesos el par y las botas, pues en lo que va de año no les han dado.
Debido a esa situación varios trabajadores han solicitado la baja. El asunto no requiere de mucho comentario. Una realidad se impone: recoger desechos sólidos es una labor muy difícil y compleja que requiere de la mayor atención y respeto por parte de todos los factores vinculados a ella y como asevera una frase popular “ese trabajo no se paga con nada”.
Si hay respaldo productivo, ¿por qué temerles a las cifras?