Desde la Meseta de Pinares de Mayarí, situada a más de 700 metros sobre el nivel del mar, se lanza impetuoso el río Guayabo y forma una hermosa cascada, que ha devenido atractivo tanto para el turismo nacional como internacional.
La rápida y caudalosa corriente de agua dulce se abre paso entre escarpadas quebradas y se bifurca antes de la caída, dando lugar a dos saltos, uno de 127 metros de alto y otro de 95 metros, que, como buenos hermanos, retornan luego al mismo cauce.
Este singular paraje de la geografía holguinera forma parte de las áreas protegidas del parque nacional Mensura Piloto y se distingue no solo por su catarata, la mayor entre las explotadas turísticamente, sino también por su pródiga y abundante flora y fauna.
El bosque pluvial submontano, predominante en la zona, sirve de hábitat seguro para especies endémicas como el Tocororo, el ave nacional de Cuba, y la Flor de Holguín (Euforbia Elena) y permite el crecimiento de exuberantes helechos arbóreos o fragantes orquídeas.
Para garantizar su pleno disfrute sin ocasionar daños ambientales, la Empresa de Flora y Fauna abrió los senderos ecológicos Encantos del Guayabo, el primero con un recorrido de unos 300 metros hasta el nacimiento del salto y el segundo de mil 200 metros hasta la base del mismo, a los cuales se puede acceder directamente o a través de las agencias de viaje de turismo, así como a los servicios de restaurante y cafetería.
