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Médicos cubanos en las wilayas de Argelia

Desde hace varios años, especialistas y técnicos cubanos trabajan con éxito en Argelia en el programa Madre-Niño, dirigido a reducir la mortalidad, sobre todo, por causas prevenibles, y a mejorar la calidad de vida de menores y embarazadas.

Durante un recorrido por Djelfa, provincia ubicada a unos 300 kilómetros de la capital, pudimos constatar la labor realizada por obstetras, neonatólogos, enfermeras, intensivistas, técnicos y otros colaboradores.

«El trabajo de nuestros especialistas tiene un impacto tremendo porque se ha logrado disminuir considerablemente la mortalidad materna e infantil en los lugares donde tenemos presencia», declaró Aguilar.

Uno de los objetivos en los que se hace mayor énfasis es en evitar los fallecimientos del neonato (recién nacido), explicó la coordinadora.

Generalmente en las regiones de clima desértico o semidesértico, como aquí, la temperatura presenta fuertes oscilaciones que pasan de un extremo calor durante el día a un frío intenso por la noche.

Entre las principales causas del fallecimiento de los recién nacidos figura el enfriamiento, sin embargo, desde el pasado año y lo que va de 2013 no se ha registrado ningún deceso por este motivo, explicó Aguilar.

Otro problema que afecta mucho a los menores de un año es el parto prematuro, de manera particular la denominada enfermedad de la membrana hialina, también conocida como síndrome de distrés respiratorio, dijo.

De ahí la importancia de dar atención primaria y secundaria a la mujer desde el momento mismo en que se capta el embarazo hasta después del nacimiento del niño.

Djelfa, con más de un millón 400 mil habitantes, es una de las provincias con mayor número de cooperantes cubanos, quienes laboran en cuatro hospitales, así como en la red de policlínicos y en las comunidades.

En el Complejo Materno Infantil de la capital provincial la casi totalidad de los especialistas son de la mayor de las Antillas, explica Alejandro Virelles, coordinador de la misión médica en el centro.

La brigada cuenta con 41 colaboradores y está organizada en tres servicios: gineco-obstetricia, neonatología y anestesia. «Cubrimos las 24 horas de trabajo tanto en consultas, como en urgencias, a lo cual se suma la sala de terapia intensiva en neonatología y la de atención al grave», informó.

Los logros de la misión son significativos, afirma Virelles, y añade que de las 55 mujeres ingresadas este año en la sala de atención al grave, sólo se registró una muerte y eso porque la paciente llegó en un estado de shock irreversible.

A pesar de las diferencias de idioma, de costumbres y culturas, los médicos cubanos se han logrado insertar en las comunidades y su trabajo goza de una gran aceptación. «Aquí realizamos un promedio de 22 partos por día y recibimos casos de toda la provincia. Mucha gente quiere venir a atenderse con nosotros», afirma el doctor.

En el recorrido por las diferentes salas del hospital materno infantil, pudimos constatar la excelente relación entre médico y paciente y esa sinergia que se da entre los especialistas de las dos naciones. «Somos dos pueblos hermanos», dice Rahou Yacine, supervisor médico argelino, quien expresa su satisfacción por trabajar junto a sus colegas caribeños.

Yacine rememora la visita realizada por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, a Argelia y el arribo de los primeros médicos de la mayor de las Antillas hace ya 50 años.

El 24 de mayo de 1963, apenas pocos meses después de la victoria argelina contra la metrópoli francesa, llegaron a este país norafricano 56 especialistas de la mayor de las Antillas, entre médicos, estomatólogos, enfermeras y técnicos, para atender a la población.

Este año los dos países acordaron celebrar cada 24 de mayo el inicio de la cooperación bilateral en el campo de la salud, punto de arranque de una historia de amistad compartida durante medio siglo.

(Tomado de PL)

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