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Guantánamo salda una deuda con la historia

En esta casona vivió hasta su muerte el General Periquito Pérez .Foto: Rodny Alcolea
En esta casona vivió hasta su muerte el General Periquito Pérez .Foto: Rodny Alcolea

Con la reciente inauguración de la casa museo del Mayor General Pedro Agustín Pérez, el más insigne de los patriotas guantanameros, se salda una vieja deuda con la historia local, que por años esperó este acontecimiento.
Fue otro gran guantanamero, el poeta Regino Eladio Boti, uno de los ejes renovadores de la lírica a comienzos del siglo xx en Latinoamérica, el primero en sugerir que se convirtiera en museo  la casona colonial en la que viviera Pedro Agustín Pérez (Periquito), desde que finalizara la guerra independentista en 1898, y hasta su muerte el 13 de abril de 1914.

La casa fue inaugurada recientemente por el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Ubicada en la actuales calle Martí, entre Ramón Pintó y la avenida Camilo Cienfuegos, la restaurada institución tiene una plantilla de nueve trabajadores (siete mujeres y dos hombres) y cuenta con salas expositoras, una de información y documentación, y otra de conferencia, así como un local para la restauración de piezas museables y un patio interior propicio para la realización de tertulias y otras actividades comunitarias.
Entre sus piezas más significativas destacan el acta que, por iniciativa del patriota Emilio Giró, enviado de Antonio Maceo, fuera leída y luego firmada por los guantanameros levantados en armas, bajo al mando de Pedro A Pérez, en la finca la Confianza, el 24 de febrero de 1895.
La historiografía recoge que este insólito solo se dio en Guantánamo, donde un grupo de revolucionarios deja constancia de las razones que los animan a reiniciar la lucha contra el yugo español.
Según Diego Bosch, Director provincial de Patrimonio, “la casa museo se convierte en una sana oferta más de este verano y tiene un grupo de actividades diseñadas para acercar a las nuevas generaciones a nuestra rica historia local”.
Como dejará plasmado en el libro de visitantes el compañero Diaz-Canel “este, es un imprescindible hogar, patrimonio del principal exponente de la guerra libertaria en esta combativa región del país”.

Pedro Agustín Pérez
En el prístino e histórico  poblado de San Anselmo de los Tiguabos nació el 29 de abril de 1844, Pedro Agustín Pérez Pérez, tercer hijo del matrimonio formado por Eligio del Carmen Pérez y de Lucia Antonia Pérez y Céspedes, quien era prima Carlos Manuel de Céspedes.
Según cita el historiador de la ciudad de Guantánamo José Sánchez Guerra en su libro Pedro A Pérez El Mayor General del Alto Oriente, el héroe guantanamero  – era de estatura mediana y de pies pequeños —de ahí el apodo de Periquito—. Se distinguió por sus habilidades en las carreras de caballos, en las competencias de tiro y en la caza de venados. Medianamente robusto, de buena figura, siempre garboso, ágil y vigoroso. Su apariencia exterior armonizaba con su manera de vivir. Bien parecido, aún después de los cincuenta años, tenía facciones regulares: frente alta, ojos negros y penetrantes, pelo negro y dentadura fuerte y bien cuidada, así como el peinado, el bigote y las patillas.
Distinguía por su atildada  elegancia en el vestir. Era parco en el baile y en el canto, aunque le agradaba asistir a los bailes del campo. Era atento y prudente con los hombres y cortés con las mujeres. Solo bebía vino con discreción.
Siguiendo las influencias familiares se incorpora muy joven a las filas del ejército español y es allí donde su pensamiento va evolucionando hasta convertirse en un conspirador de las fuerzas mambisas en la primera guerra de independencia.
Su vida está llena de momentos épicos, baste recordar la forma extraordinaria en el que logra fugarse de las mazmorras de la fortaleza del Morro en Santiago de Cuba, donde estuvo preso por los españoles por sus actividades revolucionarias.
En su larga hoja de servicios se pueden nombrar los innumerables combates en los que acompañó a los hermanos Maceo, Gómez, Calixto García y otros patriotas.
Tres hechos resultan verdaderamente destacables. El primero su poder organizativo en la preparación de la Guerra Necesaria de 1895 y su posterior alzamiento el 24 de febrero de ese año en la finca La Confianza.
El segundo el papel jugado por Periquito y su tropa en la preservación de la vida de los principales jefes de la revolución (Maceo, Martí y Gómez) tras sus respectivos desembarcos por tierra guantanamera.
El tercero la actitud digna del Mayor General guantanamero  al conocer que las tropas tercer regimiento yanqui emplazadas en Guantánamo negaban a las fuerzas mambisas su entrada a la ciudad.
El 8 de agosto de 1898 en entrevista concedida a periodistas norteamericanos el General Pedro A Pérez señalaba  “El ejército cubano no ha estado peleando por la anexión, ni por el dominio y control de los Estados Unidos. Nuestra lucha ha sido por la independencia y el ejército cubano no se satisface con ninguna otra cosa….”.
Un año más tarde en misiva al Generalísimo Máximo Gómez deja plasmada su incondicional decisión de seguir batallando por la independencia real de la patria al expresarle “Usted sabe que yo estoy a sus ordenes incondicionalmente, y que estoy dispuesto a obedecer las órdenes que usted crea conveniente, porque para vivir en la incertidumbre más vale, General, echarlo todo de paso”.
El 13 de abril de 1914 fallece, a los 70 años de edad el Mayor General Pedro Agustín Pérez, la figura más excelsa del mambisado guantanamero.

 

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