Con el encanto de auténtica cultura popular se lució en La Habana (antes lo había hecho en Santiago de Cuba durante la Fiesta del Fuego) el Carnaval de Barranquilla, fiesta tradicional de Colombia que en el 2001 fue distinguida como Patrimonio de la Nación y dos años más tarde, como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. El variado espectáculo, que en la primera noche contó con el carisma indiscutible de Totó la Momposina, tuvo de cumbia y de las danzas del congo, del garabato, de mapalé y más. Según Rafael García Esquivia, agregado cultural de la nación suramericana en Cuba, los artistas y los números presentados aquí fueron los mejores de esos carnavales y con su actuación conmemoraron el Día de la Independencia Nacional, que este 20 de julio arribará a su 203 aniversario.
Al final del espectaculo, el piquete musical de la comparsa cubana Los componedores de batea entró al teatro América donde tuvieron lugar los espectaculos, y con el repique de sus tambores guiaron al público, en arrolladora conga, hacia la calle Galiano donde se fundieron bailarines, músicos y público en un abrazo de esos que solo la cultura propicia.
