La cienfueguera Idania Hernández fue muy conocida en el país cuando, de niña y adolescente, fue voz líder del grupo Ismaelillo, proyecto creado y conducido por el profesor Gonzalo Bermúdez. Esa experiencia constituyó para ella el preámbulo de una carrera que avanza sobre los rieles de la música, caracterizada por una letra inteligente.
Con motivo del cumpleaños 90 de Carilda Oliver musicalizó 10 textos de esa poetisa del alma y del amor. “Ya tengo un trabajo adelantado con un productor habanero. Solo estamos esperando al sello disquero que se interese por esa propuesta para ver realizado el empeño. Todo está listo para comenzar a grabar”, afirma.
Pero su apego a la buena poesía no quedó ahí. “Conocí por la televisión de la convocatoria al Premio de Creación Ojalá, auspiciado por la Oficina de Silvio Rodríguez, para musicalizar creaciones de Rubén Martínez Villena. Interrumpí lo que estaba haciendo. Musicalicé 13 poemas del poeta. Quedé entre los finalistas, de los que escogieron nueve para conformar el álbum Toma mi lira. En él hay dos obras mías. Se grabó el año pasado y ya salió al mercado. Es una oportunidad muy buena y puede constituir un paso de avance para lo que quiero seguir realizando”, agrega.
Su interés por la musicalización de versos es notable: “Quizás para algunos resulte muy complejo, pero he descubierto que me es fácil. Leo un poema y si me gusta, la melodía sale prácticamente a la par de lo que estoy leyendo. Le he puesto música a 23 poemas”.
En estos momentos la emprendedora joven cienfueguera tiene una peña fija, todos los jueves en la noche, en el hotel Meliá Habana. Para hacerla, viaja por sus medios a la capital cada semana. “Y mantengo dos en Cienfuegos: una el último viernes de cada mes en la biblioteca provincial Roberto García Valdés y otra todos los domingos en el Café Terry, a las diez de la noche”.
Y confirma una noticia: “Ya formé mi grupo acompañante, el cual será evaluado próximamente. Le llamé Idania Hernández y Ensamble”. ¿Sueños profesionales?: “Tengo muchos, enumerarlos llevaría demasiado espacio. Los más importantes: terminar el proyecto con los poemas de Carilda; llevar mi música a diferentes lugares del país; hacer otro disco con mis temas, con un carácter más comercial; e intercambiar con trovadores muy reconocidos, como Silvio Rodríguez, Adrián Berazaín…”.