Por José Luis Martínez Alejo y Delicia Leiva Morales
Con el olor a mariscos expandido por la brisa marina, casi nos convencen de que la paella y el filete de pescado montetoro, son como las carnadas que más clientes atraen al restaurante La Atarraya, anclado sobre pilotes en la Laguna de la Leche, del municipio de Morón, al norte de la provincia de Ciego de Ávila.
Pero Tony, el administrador, no logra cambiar nuestro parecer. Aunque él se lo reserva por modestia, nosotros quedamos convencidos de que allí la profesionalidad del colectivo, es la mejor opción a la carta.
Reydis Mazorra, el capitán de salón, nos da la razón: “Nos esmeramos en la prestación del servicio, por eso personas de Sancti Spíritus, Trinidad, La Habana, Camagüey, turistas que vienen a Cayo Coco, pasan por aquí, se deleitan y manifiestan en las encuestas que somos de su preferencia”.
Tal desempeño, acompañado de exquisitos alimentos en moneda nacional y divisas, justifica la afluencia de cientos de personas cada día a la unidad. Por estas y otras razones, es uno de los dos centros gastronómicos avileños con la condición de Modelo, distinción que otorga el Sindicato Nacional de Trabajadores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios.
El banquete del Chef
Su producto insigne es la paella valenciana (elaborada con arroz, carne, pescado, mariscos y otros ingredientes). Sin embargo, el Chef disfruta el banquete de los visitantes porque tienen para escoger justo a su gusto, previa reservación a través del teléfono (53-33-505351).
El menú incluye bistec de res y de cerdo, masas de langosta y de jaiba, cóctel de ostiones y de camarones, cremas, guarniciones, ensaladas de estación… hasta completar más de 60 platos, y bebidas, refrescos, helados, dulces.
Para Adamo Beselli, italiano, “la comida es sabrosa y los empleados muy cariñosos”. Isael Hernández, de Varadero, alega que “hay buena oferta y precios asequibles”. Reinaldo Oriyes y Ana María Capote, ambos de Camagüey, comentan que “por ser un lugar acogedor lo hemos recomendado”. Los avileños Hilda Almansa y Wilfredo González, coinciden: “La Atarraya es lo máximo”.
Un “plato fuerte” es la estabilidad del personal, formado en escuelas de Comercio y Gastronomía y de Hotelería y Turismo. Enrique, Miguel, Rosa María, Eyén, Dulce María, Eric y otros de más experiencia, se compenetran con Eddy, Harols, Maikel, Yoelsy y demás jóvenes para brindar un servicio de excelencia a 120 comensales en cada uno de los cuatro turnos, a partir del mediodía.
Las inminentes “pesquerías”
El venidero 6 de julio comenzará la etapa de verano en Morón, justamente en la Laguna de la Leche, el mayor lago natural de agua dulce de Cuba.
José Antonio Echemendía, director del complejo gastronómico allí, habla de los aseguramientos para las vacaciones, aunque le confiere singular importancia al centro de elaboración de alimentos que fue remodelado.
“Es un local climatizado, con mejor higiene y agua potable constante. Incluso, fabricamos un horno guiándonos por un prototipo, pues antes dependíamos de otras unidades del municipio para procesar los ahumados que abastecen el restaurante, así como también a las carpas y los ranchones en las áreas exteriores”, subraya el directivo.
Hacia el embalse se reforzará el traslado de personas con nuestros ómnibus, guaguas de otros organismos y los medios de los trabajadores no estatales, informó Rolando Fernández Quiñones, jefe del departamento de operaciones de transporte en la ciudad del Gallo.
De tal manera, cual red redonda que se usa para pescar en lugares de poca profundidad, como define el diccionario, La Atarraya está lista para la avalancha que se le avecina en la etapa vacacional.
