En la universidad Vladimir Ilich Lenin, en la nororiental provincia de Las Tunas, fue instalado un laboratorio para la extracción de biolubricantes desde un enfoque ecológico y sostenible, según publica el sitio digital del periódico 26.
La información da cuenta de que el hecho se integra a una investigación en la materia que liderean especialistas de ese centro de altos estudios y de su similar de Santiago de Cuba, cuyos objetivos apuntan, en una primera etapa, a demostrar la factibilidad de obtener aceites vegetales a partir de la cera y la cachaza que genera la producción de azúcar.
Según dijo a la prensa Daniel Rodríguez, uno de los integrantes del colectivo, el programa investigativo tiene el apoyo de la refinería de petróleo Hermanos Díaz, ubicada en la suroriental provincia de Santiago de Cuba, y lo anima el empeño de buscar alternativas derivadas de esos desechos para sustituir importaciones de un recurso demandado por industrias y otras entidades cubanas y liberar al ecosistema de residuos muy contaminantes.
El investigador enfatizó en la tendencia contemporánea de fabricar bioproductos con el empleo de cultivos tradicionalmente destinados a la alimentación, y ponderó este proyecto por sus ventajas ecológicas y su rentabilidad asociadas a la utilización de desechos.
Explicó que la elección de este territorio como sede del ingenio obedece a que Las Tunas es una de las principales productoras de azúcar del país y dispone de vasta experiencia en la fabricación de productos derivados de la caña de azúcar, lo que la convierte en una plaza propicia para el desarrollo de esta tecnología.
Ya las empresas Cubana de Lubricantes (CUBALUB) y de Aceros Inoxidables (ACINOX), han mostrado interés en la propuesta de un aceite que puede aprovecharse como aditivo a combustibles para equipos de transporte o la generación de energía.
