A tres meses de una operación exitosa, Yosvany Caballero González llega a la consulta de oftalmología del hospital provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, con una confianza perceptible en su sonrisa de oreja a oreja; el examen de seguimiento deviene garantía para constatar la evolución del paciente, quien, como resultado de la cirugía láser, presume lo que en optometría representa la medida perfecta: 20×20.
La distorsión del paisaje al enfocarlo desde lejos fue el primer síntoma para el joven espirituano que, con solo 17 años, comenzó a padecer de miopía y de los consiguientes problemas de autoestima, provocados por el no querer asumir una imagen con espejuelos incluidos.
“Cuando pasé por el chequeo médico para entrar al servicio militar me detectaron la escasez de visión; yo no distinguía bien los objetos a distancia, pero no lo asocié con errores de refracción hasta ese momento. Me graduaron la vista; sin embargo, me puse los espejuelos a los 20 años, imagínate, yo veía aquellas armaduras tan feas… Además, para entonces, los que llevaban anteojos eran objeto de burla entre los otros muchachos”, comenta Yosvany a Trabajadores.
¿Cómo un joven opta por la intervención médica, después de más de una década de tolerancia “obligatoria” de los lentes ceñidos a la armadura?
“A partir de la sugerencia amiga, la oportunidad de redimir los complejos y la decisión de personarme en la consulta de oftalmología a sabiendas de que el progreso científico ofrecía grandes posibilidades de mejoría total”.
El avance en las técnicas quirúrgicas constituye un aliciente para aquellos que ven en el quirófano la solución de su padecimiento óptico; en tanto otrora los cortes corneales en distintas direcciones resultaban la única variante para el tratamiento. Hoy existen terapias mediante el rayo láser, practicadas de manera superficial a ambos ojos el mismo día y con una duración de aproximadamente ocho minutos en cada uno.
“A través de la intervención con láser buscamos moldear la córnea y tras esa reforma el ojo será capaz de enfocar y reflejar las imágenes de manera directa en la retina y no en un punto delante de ella, como pasa con el miope, lo cual daña la nitidez del objeto captado.
“Este procedimiento resulta menos invasivo para la anatomía de la córnea que los anteriores y reporta pocas regresiones en el defecto refractivo”, afirma la doctora Liudmila Inerarity Toyos, especialista en Oftalmología y responsable de la intervención que perfeccionó la visualidad de Yosvany Caballero.
¿Qué debe hacer una persona deseosa de corregir este tipo de desperfectos?
En ocasiones los interesados llegan con una remisión de su área de salud, otros saben que la consulta funciona desde el 2008 y vienen por iniciativa propia. Una vez aquí, los incorporamos a unos ocho o diez encuentros preoperatorios, expone la oftalmóloga.
¿Todos los afectados con miopía, astigmatismo o hipermetropía (ametropías o errores de refracción) pueden someterse a los nuevos métodos?
Para definir si el paciente está apto, hacemos una serie de exámenes previos, de los resultados depende su clasificación; tenemos en cuenta la edad, los valores de la ametropía, la tenencia de enfermedades oculares no controladas como el glaucoma, el grosor y la topografía de la córnea, si esta es muy plana o demasiado curva, entre otros detalles, explica Elena María Orellana Iser, licenciada en Optometría y Óptica que labora en el área de cirugía refractiva desde la apertura de ese servicio en Sancti Spíritus.
Principales causas de la miopía ¿Es prevenible?
La teoría más aceptada en el mundo responde al factor hereditario; sin embargo, hay estudios que hablan de causas medioambientales, los cambios de hábitos y otros, como condicionantes de la enfermedad.
Apenas diagnosticamos a la persona, es imprescindible el uso de los espejuelos, sobre todo si es un niño, porque la miopía tiende a evolucionar en edades tempranas debido al tamaño mayor y fuera de lo normal que presenta el ojo, por eso, mientras más crezca el infante, más desarrollo alcanza la afección.
Deben priorizarse las visitas al oftalmólogo en caso de notar incomodidades o problemas visuales, informarse, evitar la fijación continuada y excesiva de la vista en la computadora u otros dispositivos, y es bueno que se conozca la accesibilidad que tienen los pacientes a tecnologías de avanzada para la corrección de las ametropías como una forma opcional de revertir los defectos ópticos mencionados, advierte Inerarity Toyos.
Los pro y los contra…
Como toda cirugía no está exenta de posibles complicaciones, por tanto, damos seguimiento hasta cinco años después de realizarla, teniendo en cuenta la existencia de pacientes con valores de ametropías avanzados que corren riesgos como el desprendimiento de la retina y otras dificultades intraoculares.
La etapa de recuperación implica el cumplimiento estricto de las indicaciones: no hacer grandes esfuerzos físicos, protegerse del sol y tomar los medicamentos indicados. Para quienes padecen miopía resulta grato, sobre todo por el matiz estético, el solo hecho de suprimir la dependencia de las gafas, pero, no deben olvidar que aun cuando corrijamos el error visual, el ojo sigue comportándose como miope, sostiene Liudmila Inerarity.
La especialista agrega que pasado el tiempo prudente se puede llevar un sistema de vida enteramente normal y que los aspectos positivos son palpables en la generalidad de los casos atendidos por ella.
Sin duda, los avances científicos llegan al campo de la oftalmología para conferir precisión a un trabajo del que depende el buen estado de uno de nuestros mejores sentidos: el mismo que encierra las cosas amadas y placenteras en solo un vistazo.