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Pinar del Río.— El jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, general de División Ramón Pardo Guerra, recorrió zonas inundadas por las intensas lluvias que desde hace cinco días persisten sobre esta provincia, y exhortó a cumplir las medidas establecidas en los planes de reducción de riesgo para ese tipo de situaciones.
En tal sentido, enfatizó en la necesidad de mantener una vigilancia permanente sobre los 24 embalses del territorio y prever en tiempo la evacuación de quienes residen en sitios que pudieran inundarse.
«Aunque Pinar del Río tiene sobrada experiencia ante huracanes, ningún evento se parece a otro, por tanto hay que extremar las precauciones, teniendo en cuenta que las condiciones meteorológicas no van a variar en las próximas horas y los suelos ya están saturados», advirtió Pardo Guerra, quien estuvo acompañado por el jefe del Ejército Occidental, general de División Lucio Morales Abad, y Gladys Martínez Verdecia, jefa del Consejo de Defensa Provincial.
Con más de 30 zonas incomunicadas por tierra debido al desbordamiento de ríos, incluidos el municipio de Mantua y buena parte de Guane, Vueltabajo se mantiene desde la tarde de este miércoles en fase de alarma por intensas lluvias.
Para que se tenga una idea de la magnitud de las precipitaciones, los especialistas del Instituto de Recursos Hidráulicos señalan que en los primeros cinco días de junio han caído como promedio sobre la provincia 364 mm (territorios como Guane sobrepasan los 550 mm), una cifra equivalente al 150 % de la media histórica para todo el mes.
Ello ha motivado que el nivel de almacenamiento de los embalses, que se encontraba al 50 % de su capacidad total antes del inicio de las lluvias, se halla elevado al 73 %.
Tal situación ha provocado daños visibles en la agricultura, aún por cuantificarse, y obligado a la protección de más de 2 600 personas en casas de familiares o albergues, fundamentalmente de los territorios del occidente.
Solo en el Consejo Popular Isabel Rubio, municipio de Guane, el desbordamiento del río Cuyaguateje ha dejado bajo agua más de 200 viviendas.
No obstante, los servicios básicos a la población se mantienen. La posta médica, por ejemplo, fue reubicada en el Joven Club de Computación, donde no corre peligro de que la alcance la crecida. En ella, un médico y una enfermera permanecen de guardia las 24 horas y mantienen comunicación permanente con el municipio de Sandino, para el traslado de los casos que lo requieran.
«Aquí todo el mundo tiene experiencia ante este tipo de eventos, y sabe lo que debe hacer», asegura Leoncio Corrales, uno de los más de 500 habitantes de Isabel Rubio, quien ha tenido que abandonar su vivienda para refugiarse en casa de familiares, a causa de las inundaciones.
«Desde el año 2002, cuando pasaron los huracanes Isidore y Lili, no teníamos una crecida así, pero ello no es problema, porque la gente es muy unida y siempre que hay mal tiempo está dispuesta a ayudar».
