Trabajadores digital se acerca también a él, a través de las argumentaciones emitidas por Theodor Friedrich, ingeniero agrónomo y doctor en Mecanización Agrícola, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Cuba.
En su opinión, ¿cómo debe afrontarse?, le preguntamos.
«La agricultura puede enfrentarse al cambio climático en dos formas: Una sería apoyar para que el mismo no continúe empeorándose, es decir la mitigación del mismo. La otra, adaptarse con nuevas tecnologías.
«En la mitigación hay que reconocer que la agricultura contribuye considerablemente al cambio climático. Si se incluye la transformación del uso de tierra, es decir la deforestación con fines de abrir nuevas tierras agrícolas (porque se han agotado las viejas), el agro contribuye con un 30% de las emisiones totales de gases con efecto invernadero.
«Esto se puede cambiar buscando formas más sustentables de producir y evitando que las tierras pierdan su capacidad productiva, pero también reduciendo las emisiones que resultan de tractores arando, de la mineralización de la materia orgánica de la tierra arada, del metano y los óxidos nitrosos resultantes de áreas inundadas, como el arroz, o compactadas. También el sector ganadero presta múltiples oportunidades de disminuir de gases dañinos a la atmósfera, sobre todo de metano, y facilita las posibilidades de convertirlas en energías renovables, como el biogás producido de estiércoles y desechos animales. A la vez, aplicando la agricultura de conservación puede convertirse los suelos en almacenes de carbono, aumentando los niveles de materia orgánica en los mismos, favoreciendo la fertilidad e incrementando el potencial de mitigación.
«En la adaptación hay diversas formas también. Una es la adaptación a largo plazo, buscando materiales genéticos para variedades y cultivos que respondan a los cambios previstos, como el calentamiento de la tierra. Sin embargo, hoy por hoy la agricultura, especialmente en la región caribeña, ya está sufriendo los efectos del cambio climático ,evidenciado en que el tiempo es menos confiable, las estaciones están corridas y los eventos climáticos son más drásticos: lluvias más fuertes y menos frecuentes, sequías más pronunciadas y menos calculables, temperaturas más variables.
«Para enfrentar estos problemas hay que aplicar una forma de agricultura que soporte esos cambios y que facilite el crecimiento de las plantas sin mayores daños, a pesar de lluvias torrenciales o sequias pronunciadas, heladas o épocas de calor excesivo. La Agricultura de Conservación tiene respuestas para todas estas situaciones. No es una garantía para todos los casos, pero soporta mucho más que la convencional basada en la labranza de suelos».