Por Leslie Alonso Figueroa, estudiante de Periodismo
Adalberto Isaac Peñalver, santiaguero del municipio de Palma Soriano y trabajador de la empresa de suministros agropecuarios de la localidad, padece de sacrolumbalgia crónica, reuma, artritis aguda y compresión de las vértebras. Suscribe su carta a Buzón abierto porque después de un largo período de peritajes médicos, certificados y en espera de reubicación, fue declarado disponible.
La historia en cuestión, según narra Adalberto, comenzó en septiembre del 2009 cuando fue reubicado en una plaza de custodio, debido a los resultados del peritaje médico, pero solo desempeñó su labor durante 15 días, pues tras una visita de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social al departamento de personal de la empresa, se consideró que la reubicación en ese puesto era violatoria de acuerdo con el resultado del peritaje médico.
“En octubre del 2010 fui citado para otro turno de la comisión médica, ratificándose lo de la reubicación, pero esta nunca llegó y continuaron los pagos por certificado”, explica en su misiva.
En septiembre del 2011 el trabajador volvió a la comisión médica, reafirmándose la decisión de dos años atrás. Las cosas se mantuvieron igual y los subsidios por certificado médico eran ínfimos. La historia culminó cuando el 22 de octubre del 2012 fue citado a su centro de trabajo y declarado disponible, por la amortización de su plaza.
Entonces Adalberto se pregunta: “¿Cuál era mi plaza después de tanto tiempo sin laborar? ¿Estoy desamparado o no? ¿De qué me sirven mis años de trabajo?”.