La historia que comenzó este domingo en el estadio José Antonio Huelga es casi la misma. Las nóminas de ambas selecciones apenas tienen cambios, solo que ahora disputan la ronda semifinal y la tropa del debutante Yovani Aragón asegura que no volverán a dejarse morder por los cocodrilos de Víctor Mesa.
El bateo de los yayaberos es inferior al de sus rivales (273 por 277), pero son mejores desde la lomita (3.08 PCL), en tanto la defensa sigue siendo la preocupación mayor y constante de su mánager, pues 105 errores son demasiados y pueden comprometer la victoria en un momento crucial.
Otra vez la motivación, cohesión y gallardía que le imprime su director son el principal atributo de los yumurinos, quienes no tienen la profundidad necesaria en el pitcheo, pero ya demostraron una vez que se puede ganar un play off con solo dos lanzadores. Ahora tienen un Joel Suárez inmenso (abridor de este domingo sin la efectividad de la etapa regular), junto a su talismán del pasado año, Jorge Alberto Martínez.
Quizás la velocidad en función de la ofensiva y el juego contra toda lógica que muchas veces impone Víctor sean otras armas importantes de Matanzas. Pero Sancti Spíritus posee bateo oportuno, encabezado por Cepeda, Yulieski y Eriel, más una experiencia de 10 postemporadas consecutivas. Un aspecto motivacional a su favor es la tremenda deuda con su afición, esperanzada en que este año les llegue la hora del triunfo.
Al cierre de esta edición, los gallos superaron 5-4 a los cocodrilos, en la apertura de una serie en la cual una barrida no está en los cálculos de casi nadie.
Los anfitriones dominicales dieron el primer golpe en una película ¿igual, repetida?