«Obama es consciente, y así lo postula claramente, que no quiere que EE.UU. entre en la historia por Guantánamo. Pero será siempre recordado por Guantánamo», comentó a RT el ex prisionero de este centro de detención Moazzam Begg.
«El mundo nunca se olvidará de Guantánamo. Al igual que de Vietnam, de Japón [en la Segunda Guerra Mundial] y mucho más», insistió Begg.
Este viernes un grupo de activistas del Movimiento Irlandés Contra la Guerra (IAWM, por sus siglas en inglés) se plantó frente al edificio de la Asamblea de Irlanda para protestar contra «el continuo encarcelamiento y tortura de presos en el centro de detención de la bahía de Guantánamo». La protesta coincidió con el discurso del presidente de EE.UU., Barack Obama, en el que se refirió a la polémica cárcel y su futuro próximo.
«Obama habla de cerrar la cárcel ahora, cuando dentro se mantiene una huelga de hambre. Esto debería haberse producido mucho antes. Los prisioneros no hicimos nada incorrecto y ahora esto está probado. Incluso el Gobierno británico ordenó pagas enormes a ex prisioneros de Guantánamo que habían presentado sus demandas ante la corte», comentó el ex reo.
Begg, ciudadano británico-pakistaní, pasó tres años de su vida en Guantánamo tras su detención en Pakistán en 2002. El Pentágono le imputaba ser un combatiente de Al Qaeda; sin embargo, jamás presentaron una acusación oficial. En 2005 salió en libertad en virtud de una orden firmada por el entonces presidente, George W. Bush. En noviembre de 2010 consiguió un acuerdo financiero cuya suma no se revela con el Gobierno del Reino Unido, junto con algunos otros ex reos de nacionalidad británica.
«No éramos criminales, ellos lo fueron. Los crímenes fueron cometidos en contra de nosotros. Secuestrar es un crimen, torturar es un crimen. Pues todas estas cosas, las hicieron con nosotros, nosotros no lo hemos hecho a nadie. Nos interrogaron las fuerzas de seguridad e inteligencia más poderosas del mundo. Y después de años de todo esto, todavía no hubo cargos contra nosotros. Después de años de todo esto, la mayoría de los prisioneros no tienen cargos en su contra. Así que ni siquiera vale la pena seguir hablando de eso», puntualizó Begg.
Según Begg, hay muy poca probabilidad de que los prisioneros de la cárcel más severa del mundo abandonen su huelga de hambre hasta que vean un plan exacto para devolverlos a casa. «Incluso entonces serán escépticos. No creo que abandonen su protesta en un futuro próximo», concluyó.
Fuente: RT
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