“Yo soy maestra”, así, de manera tan categórica y precisa se presenta siempre Neureida Catá Mayeta, quien acaba de recibir el título honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, como parte de las actividades organizadas para celebrar el Primero de Mayo.
Neureida, que ha dedicado más de 40 años a enseñar en las aulas, y ocupa otras responsabilidades —es delegada a la Asamblea Provincial del Poder Popular en Guantánamo, y miembro del secretariado municipal del Sindicato de los Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte en ese territorio— disfruta cuando la gente a su paso le dice: “vaya bien maestra”.
Tal calificativo encierra tanto significado que se enorgullece al contar los inicios en la profesión con 15 años, cuando se habilitó en un curso emergente a principios de la década de los 70. Primero laboró en una escuela primaria ubicada en el municipio de Niceto Pérez y después en otra de El Salvador, donde permaneció hasta 1983. Luego se trasladó a Guantánamo y comenzó en la Omar Renedo Pubillones, su centro de trabajo desde hace 29 años.
“Esta enseñanza es mi pasión; me gusta empezar con los niños en primer grado y transitar hasta 6to. dejarlos formados. ¡Si pudiera seguiría con ellos hasta la secundaria, el preuniversitario! Aunque eso no es posible”. Por eso no es difícil comprender que acumula 41 años en la educación primaria, aunque ha colaborado en la formación de maestros y también se ha desempeñado como profesora adjunta de la Universidad.
Para ella la jornada empieza cada día a las cinco de la mañana, cuando se levanta para dejar todo preparado en la casa. Después se dirige a la escuela —sobre las siete y tanto— y regresa sobre esa hora, pero de la tarde. Su felicidad comienza y termina en el aula, rodeada siempre de niños, y se complementa con la ayuda y comprensión de los padres, sin los cuales no se puede avanzar en el aprendizaje. “Me siento correspondida por la comunidad y la familia”.
Es un trabajo difícil, ¿cómo lo logras?
No hay familias difíciles. Lo importante es trabajar con ellas, conversar con los padres, no dar quejas. Los problemas de los estudiantes los resuelvo en la propia aula, no los traslado a otros espacios ni a la dirección del centro. Siempre tengo presente que soy la maestra y debo buscar la forma y los métodos para que los niños se porten bien, atiendan, participen, se sientan estimulados. Alumnos inquietos nunca me han faltado, pero utilizo las escuelas de padres para dialogar no solo sobre asuntos del aprendizaje, sino también del quehacer cotidiano, de la vida. Luego, me ha ocurrido que al paso de los años hay quienes me confiesan un agradecimiento infinito.
¿Qué consejos daría a un maestro de primaria en formación o a quienes ahora se inician en estas lides de educadores?
Hay que sentir pasión por la profesión, más que enseñar hay que educar, eso es imprescindible. ¿Cómo lo hago?, con el amor que brota de mi corazón, ¡porque vivo el ser maestra!, y siento orgullo cuando la gente me reconoce como tal.
¿Cuál es la clave para acumular tantos años en una escuela?
La estabilidad es fundamental y eso se logra con dedicación al trabajo, con la unidad de los trabajadores y los factores del centro. En mi escuela se respira consagración, sacrificio, de ahí que haya mantenido la condición de vanguardia nacional durante más de diez años de manera consecutiva. Aquí siempre buscamos la manera de destacar lo bueno que hicieron los afiliados durante el mes.
¿Qué fortalezas tiene en la actualidad la enseñanza primaria?
Continuar mejorando la calidad, el aprendizaje de los estudiantes, como lo señala el Lineamiento 145, es una necesidad. El maestro debe trabajar más para que los educandos terminen mejor formados. Pero, sin duda, contamos con un personal comprometido y dedicado. A esto ha contribuido, entre otras acciones, el programa televisivo Para ti maestro, y la preparación metodológica, con la impartición de clases demostrativas y abiertas, y claro, la autopreparación.
Si tuviera la posibilidad de empezar otra vez, ¿qué mejoraría?
Profundizaría en los programas de estudio y continuaría insistiendo en lo referente a la lengua materna, que hoy constituye una prioridad. En este sentido, el mayor empeño es trabajar para eliminar los errores ortográficos que presentan los estudiantes.
Una anécdota…
Te cuento una que me conmovió. Estaba dando clases a los maestros en formación, era la época en que gustaba pintarme los labios de color rojo. Era la profesora guía de un grupo y una alumna de Yateras, nunca la olvido, sacó de mi bolso el creyón y todas las muchachas se pintaron. Cuando entré al aula estaban de pie, y yo empecé a llorar. Fue algo simbólico, querían parecerse a mí y esa fue la forma de expresarlo. Ahora me sucede lo mismo con una niña de 5to. grado llamada Irenia Álvarez, se peina como yo. La historia se repite.
¿De alguna manera se ha visto reflejada en ellas?
Mi maestra de primaria Vilma Asencio Sosa siempre fue mi inspiración; admiraba su dedicación, el amor que impregnaba en sus clases. Ella usaba muchos collares y cuando llegaba a la casa tomaba los de mi mamá. Yo jugaba y decía “soy la seño Vilma”.
¿Cómo supo la noticia de que ibas a ser condecorada con el título de Heroína del Trabajo?
Lo único que conocía es que venía a La Habana a recibir una condecoración. No sabía cuál era. En realidad fue una sorpresa. Después, en la CTC nacional, me enteré y quedé sorprendida. Guantánamo ya tiene dos heroínas, precisamente en este sector y en la enseñanza primaria. Ellas son Enma Gago y Elvira Guerra. Ahora, para orgullo nuestro, seremos tres. No obstante, quisiera me siguieran diciendo maestra, es la profesión que me lo ha dado todo.
En su trayectoria laboral, ¿qué significa tal reconocimiento?
Un mayor compromiso y el imperativo de continuar la superación en el orden científico-metodológico. Mantengo la categoría de MB desde el año 1987; soy Máster en Educación Primaria desde el 2009, y recién participé — junto a una profesora de la Universidad Pedagógica de mi provincia— en una investigación orientada por el Ministerio para evaluar los posibles cambios que pueden hacerse con vistas al perfeccionamiento. Como ves sigo muy activa.
¿Su mayor sueño?
Tener salud para seguir trabajando. Ese es mi mayor deseo, y para ello cuento con el apoyo de mi familia, de mi hija, de mi nieta, que también son mi inspiración.