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Derechos, contrastes y verdades

Ante la creciente desigualdad en el mundo, la Conferencia de Viena, celebrada en 1993, proclamó el derecho al desarrollo y la alimentación como condiciones universales e inalienables y partes integrantes de los derechos humanos fundamentales.

Transcurridos 20 años, más del 30 % de la población del planeta sufre alguna forma de malnutrición y numerosos estudios revelan que alrededor de la mitad de las enfermedades existentes en nuestros días se pueden atribuir al hambre. Hoy, más que nunca, el sagrado derecho a la alimentación es ignorado por el brutal sistema de explotación y saqueo que impone el capitalismo.

A contrapelo de tales realidades, en medio de la casi universal desigualdad imperante en la mayoría de las naciones, Cuba exhibe avances y logros extraordinarios, materializados en la realización de las aspiraciones económicas, sociales y culturales de todos los ciudadanos, a pesar de que su desarrollo ha sido limitado por el criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos.

La protección y garantía de los derechos y libertades que se establecen la Constitución, y en especial la legislación laboral y los programas de seguridad social, no solo resultan compatibles con la naturaleza y alcance de los derechos y libertades consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino que en numerosos aspectos el ámbito de reconocimiento y protección es mucho más amplio y abarcador.

De una esperanza de vida al nacer de 61 años, hoy los cubanos pueden vivir hasta cerca de 80; la cobertura de la seguridad social ascendió del 53 al 100 %; el penoso nivel de escolaridad promedio de segundo grado que teníamos en 1958, en la actualidad es superior a noveno grado; la proporción de médico por habitante varió de uno por cada mil 76, a uno por 172.

La labor del país en el ámbito de la rehabilitación penitenciaria es elemento esencial del humanismo prevaleciente en toda la obra revolucionaria. En el conjunto de cárceles de la nación se encuentran estudiando los diferentes niveles de enseñanza 27 mil 95 reclusos y solo en el año 2011 se incorporaron al trabajo 6 mil 31 de ellos, sujetos a las prerrogativas salariales establecidas por la legislación laboral.

Más allá de estas conquistas a lo interno de la sociedad, Cuba ha desarrollado programas y proyectos en beneficio de la salud y la educación de otros pueblos. Contrariamente, la mayoría de las naciones ricas, encabezadas por los Estados Unidos de América, subordinan la verdadera cooperación en esta materia a sus intereses de influencia geopolítica o de dominación imperial.

Esta isla acusada y difamada es la que desde 1963 hasta la fecha ha aportado más de 130 mil de sus hijos para brindar colaboración especializada y técnica en alrededor de 130 países; ha estado presente en ayudas emergentes con motivo de desastres naturales como huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas, y ha permanecido todo el tiempo necesario en las naciones afectadas para apoyar las tareas de reconstrucción.

La igualdad de género, el ejercicio de la libre orientación sexual de las personas, el más absoluto albedrío para la práctica religiosa y la participación en todos los procesos de la sociedad, incluido el ejercicio de la opinión, caracterizan hoy el desenvolvimiento de la existencia de los cubanos.

Ante tales logros, la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reconoció hace mucho tiempo que Cuba es el primer país de América Latina y el Caribe en cumplir la meta de educación para todos, con lo cual se confirma la validez de nuestra política en el campo de este derecho fundamental.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha consignado por su parte que la nación antillana es una de las pocas que logra acceso a la salud universal, aplica políticas públicas explícitas para la alimentación y tiene un trabajo excepcional en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

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