Desde la primera vez que Ricardo Veranes Carrión leyó acerca de la creación de cooperativas más allá del ámbito agropecuario, la idea de formar una en el sector de la construcción le martilló constantemente.
Entonces tuvo como meta indagar más sobre el asunto, por eso preguntó aquí y allá, se acercó a las dependencias de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en la provincia de Santiago de Cuba, escuchó el parecer de directivos del Ministerio de la Construcción y adoptó la primera de las dos decisiones más radicales de su vida: “Me voy por el camino del cooperativismo”.
Ese fue el paso inicial por un sendero completamente nuevo para él y también para quienes conforman la brigada que bajo su dirección asume tareas constructivas por cuenta propia.
“Teniendo en consideración que ya yo había pedido la liberación de mi centro laboral, la empresa constructora de obras de ingeniería número 58, y que la constitución de la cooperativa precisa aún de algunas definiciones, opté por acogerme al trabajo no estatal como albañil”.
Fue esa la segunda decisión más radical en la vida de Veranes, un hombre que ostenta con sobrado orgullo el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Muchos de los que lo conocen, otros que han oído hablar de él, con ese nuevo modo de apego por la construcción, no dejan de asombrarse con la noticia, asumida en principio con la extrañeza propia de quienes se enfrentan a lo no habitual.
Hasta el propio Veranes se sintió “raro” durante los primeros días del cambio, pero el paso del tiempo, el modo en que es demandado su quehacer en obras de notable importancia para la provincia y los resultados que su “tropa” alcanza en muchos órdenes, le hizo adaptarse al nuevo escenario.
“Pensé y pensé mucho en el paso que estaba dando y me percaté de que el trabajo, cuando se hace con amor, cuando se hace bien, tiene el mismo valor, si es por la vía estatal o por la no estatal.
“Incluso, aprecio que en ocasiones las personas sienten un poco más lo que realizan cuando es una labor por cuenta propia porque saben que ganan en la medida en que aportan su sudor.
“No siempre pasa así en el sector empresarial, donde muchos piensan que hagan lo que hagan alguien les va a poner el salario; en esta modalidad no, aquí hay que tener productividad y resultados de calidad pues de lo contrario el dinero no llega por ninguna vía”.
Esa es una máxima que asumen Veranes y los cinco hombres que hasta el momento comparten junto a él pala, pico, plomada, flota y más, de ahí que de octubre a la fecha no hayan tenido muchos momentos de descanso.
“Después del paso del huracán Sandy colocamos algunos techos, ahora estamos aportando en el remozamiento de un local que será convertido en hostal como parte de un programa de la provincia, y en breve entraremos a remodelar un cine infantil que pasará a ser un estudio teatro”.
Antiguos compañeros, como Jesús Hernández o jóvenes que por primera vez se enfrentan a la vida laboral, como Jorge Valentín, integran, junto con otros, la brigada que liderea Veranes.
Ellos aprecian y reconocen la forma en que están asumiendo el nuevo camino que tienen por delante, la disciplina que existe, los ingresos que perciben —unos mil 200 pesos mensuales como promedio—, así como el funcionamiento de la sección sindical que han conformado.
Por estos días el Héroe del Trabajo devenido cuentapropista anda en los menesteres de alistar un refuerzo mayor, “hasta totalizar unos 30 constructores, para llegado el momento de fundar la cooperativa no perdamos tiempo, es mucho lo que tenemos que hacer, aunque vale aclarar que todo será con apego a lo que está legislado, porque aquí vamos al mismo paso de la implementación de las nuevas formas de gestión, sin prisa, pero sin pausa”.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.