Además de escritor y uno de los críticos más respetados de nuestro país, Pedro de la Hoz González (Cienfuegos, 1953) es vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en la cual encabeza la comisión José Antonio Aponte, creada en el año 2010 para la lucha contra el racismo y la discriminación racial, e integrada por relevantes intelectuales cubanos. Con él dialogamos en torno a un asunto de recurrente debate en la contemporaneidad insular, así como sobre los principales objetivos de trabajo de este grupo y sus resultados durante los más de 10 años de fundado.
“Para los escritores y artistas fue fecundo y revelador el debate suscitado en una de las sesiones del VI Congreso de la Uneac, en el que intervino el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Destacados creadores y artistas se refirieron a manifestaciones de discriminación y prejuicios relacionados con el color de la piel, acentuadas durante los años noventa.
“En Cuba, lo sabemos, el racismo es contra el negro”
“Hago una distinción —dijo— entre discriminación y prejuicios en aras de ser fiel a una escala de sucesos que van desde ciertas actitudes inocultablemente racistas hasta resortes mentales que se activan en personas que se declaran antirracistas. En Cuba, lo sabemos, el racismo es contra el negro”, expresó el también fundador, en 1986, del Suplemento Cultural Huella y primer director de la revista ArteCubano.
“Fidel —agregó Pedro— no solo reconoció deudas en el análisis y debate sobre el tema, sino que convocó a desarrollar acciones encaminadas a la erradicación de un flagelo que lacera la dignidad humana. Habló de factores objetivos y subjetivos en la pervivencia y reproducción del fenómeno; acerca de la necesidad de diseñar políticas públicas e implementar acciones que acortaran, y en una perspectiva mediata eliminaran, vulnerabilidades y brechas sociales, en tanto era menester una batalla desde la educación y la cultura”.
En tal sentido, añadió que “desde entonces la Uneac ha ido perfilando una labor orientada a contribuir mediante el pensamiento, la creación artística y literaria y, sobre todo, desde la vocación social y participativa de sus miembros, a que más temprano que tarde el racismo sea un mal recuerdo. En la primera década de la actual centuria auspició el proyecto Color Cubano, lidereado por Gisela Arandia, y a partir del 2009 creó la comisión José Antonio Aponte, que agrupa a escritores y artistas del país.
“Al escritor Heriberto Feraudy, primer presidente de la comisión, que contó con el apoyo y la activa colaboración del poeta Miguel Barnet, se le debe el haber colocado la memoria del precursor de las luchas independentistas y decidido abolicionista como guía inspiradora de su gestión”, enfatizó De la Hoz.
Sobre la labor de la comisión precisó que esta “ha permitido la visibilidad del tema a escala nacional, e interactuado con las autoridades políticas y gubernamentales para trasladar preocupaciones, proponer análisis y desbrozar el camino hacia la búsqueda de soluciones. Igualmente ha estimulado el desarrollo de una cultura antirracista y jerarquizado la promoción del legado africano en la cultura cubana. Imprescindibles han sido las alianzas con otras instancias de la sociedad civil como las fundaciones Nicolás Guillén y Fernando Ortiz. En nuestras sesiones participan asimismo, académicos que no son miembros de la Uneac y activistas destacados”.
Al respecto subrayó que “el poeta Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernando Ortiz destacó cómo la orientación educativa debe articular como principio la relación entre el pensamiento antirracista de Martí y el de Fidel y puso a disposición de los organismos formadores la obra del autor de El engaño de las razas. Lo propio hizo la Fundación Nicolás Guillén, al ofrecer el volumen Presencia negra en la cultura cubana y el ciclo de conferencias sobre el tema grabado para la TV Cubana”.
“No se puede enfrentar seriamente un problema si no se le conoce a fondo”
El primer secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha reiterado el compromiso de los cubanos con la eliminación de todos los rastros de discriminación en nuestra sociedad; para lo cual encabeza el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, fundado por el Estado en noviembre de 2019, sobre el cual el reconocido colega acreedor de los premios Nacional de Periodismo José Martí (2017) y de la Prensa Escrita Jorge Enrique Mendoza (2009), ambos concedidos por la Unión de Periodistas de Cuba, apuntó:
“No se puede enfrentar seriamente un problema si no se le conoce a fondo ni se involucran diversos actores políticos, sociales y estatales. El Programa es gubernamental pero integra no solo a organismos de la administración central del Estado sino también a organizaciones de la sociedad civil. La Uneac es una de estas».
“Lo primero —indicó—, aún en fase de revisión y profundización, fue diagnosticar cómo se manifiesta el racismo y la discriminación en nuestra sociedad. Se trata de una tarea compleja, por el alcance transversal del asunto y el entrecruzamiento entre condiciones socioeconómicas y culturales.
El racismo es una construcción cultural en el que inciden herencias históricas, carencias materiales, desigualdades objetivas, y otros factores no menos importantes.
“Nos encontramos —acentuó— con una dispersión y falta de integración sistemática de investigaciones precedentes, muchas de ellas de enorme valor y agudeza pero no siempre tomadas en cuenta en su justa medida. No pocos científicos sociales habían venido trabajando el tema con resultados apreciables y sus aportes debían ser considerados e incorporados al diagnóstico».
“Por otra parte, en unos cuantos abordajes, por ejemplo y para decirlo en lenguaje figurado, se tocaba de oído, sin precisiones estadísticas, por lo que hubo que apelar a fuentes confiables como la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. De igual modo era necesario, y lo es más aún en la actualidad, analizar las experiencias del activismo antirracista que desde los años 90 del pasado siglo se había hecho sentir. El diagnóstico necesariamente tenía que ser una construcción colectiva, sobre bases científicas serias y una perspectiva equilibrada y objetiva, a la que a su vez no faltara pasión y voluntad política”.
“Solo así se ha podido establecer una hoja crítica para abordar paso a paso, concienzudamente, los problemas y condiciones que gravitan en la pervivencia de discriminaciones y actitudes racistas”, subrayó el autor del libro África en la Revolución Cubana (Editorial Letras Cubanas, 2004), entre otros muchos volúmenes publicados por diferentes editoriales nacionales.
“Es decisivo el papel que le corresponden a las organizaciones de masas”
Este programa que forma parte de la agenda de trabajo del Gobierno, está integrado, según de la Hoz, por “18 organismos estatales e igual número de organizaciones de masas, sociales y fundaciones, o sea, de nuestra sociedad civil socialista. Funciona un equipo coordinador, encabezado por el Ministerio de Cultura en el cual intervienen los ministerios de Relaciones Exteriores, y Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y la Uneac.
“Es decisivo —enfatizó— el papel que le corresponden a las organizaciones de masas. A las juveniles toca empeñarse en las acciones de los organismos formadores; a la FMC en la interrelación con el activismo femenino; y al movimiento sindical en el curso de los análisis y propuestas que se llevarán a cabo este año en cuanto a la política de empleo en varios sectores incluida la esfera de la gestión no estatal».
“No obstante, aún es mucho lo que queda por hacer para que sea más dinámica y decisiva la participación de las organizaciones de masas. Las acciones del Programa se han ralentizado debido a la pandemia. Por ejemplo, no se han podido crear las comisiones territoriales. Es en la base donde se hallarán las soluciones duraderas”.
Con el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959, mediante la institucionalización de la igualdad de todos los cubanos, se pretendió eliminar el flagelo de la discriminación en Cuba radicado aquí desde los tiempos de la colonización española. Sin embargo, a más de 60 años de la construcción del Socialismo, en nuestro país aún existen deplorables manifestaciones de este tipo, a las que se unen, además, evidentes expresiones de regionalismo y de otras acentuadas diferencias étnicas.
En torno a esta situación, el prestigioso colega resaltó que “la esclavitud en el régimen colonial marcó pautas de comportamiento cultural, que se prolongaron en la etapa republicana. Negros y mulatos ocuparon básicamente una posición subordinada en la sociedad. Cuando se cruzan las relaciones entre poder económico, clases sociales y color de la piel asoman desigualdades racializadas.
“La igualdad de oportunidades por sí misma no resuelve el problema”
“La Revolución desmontó gran parte del entramado estructural objetivo sobre el cual se sustentaba el racismo en épocas pretéritas. En el orden legal ni en el moral el racismo y la discriminación no tienen cabida entre nosotros. La igualdad de oportunidades quedó consagrada en el proceso iniciado tras el triunfo de enero de 1959”.
En tal sentido aseguró que “la igualdad de oportunidades por sí misma no resuelve el problema si no se observan las desventajas de los puntos de partida. Como tampoco la norma legal garantiza el cumplimiento de la ley. Como tampoco las políticas sociales universalistas –salud, acceso a la educación y la cultura, oportunidades de empleo y muchas más- que ha llevado con un gran sentido de la justicia la Revolución, eliminan automáticamente vulnerabilidades. Por demás está, como ya dije, la subjetividad, el prejuicio acendrado en la memoria cultural, en la psicología social. Si a esto se añade la crisis de los 90, que laceró en unos cuantos cubanos valores éticos y conductas humanas, puede dibujarse un rápido aunque no exhaustivo panorama de factores que influyeron en la reemergencia y reproducción de actitudes discriminatorias y manifestaciones racistas.
“Uno de los más lúcidos intelectuales cubanos de nuestra época, quien fue miembro de la Comisión Aponte, Fernando Martínez Heredia, dijo que el socialismo por principio tiene que ser antirracista. Pero a ello no se llega desde la espontaneidad. Se requieren activar a conciencia instrumentos políticos, ideológicos, educativos y culturales”, dijo el asimismo acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional y fundador del suplemento Huella y de la revista Artecubano, de la que fue su primer director.
“Somos un pueblo culturalmente mestizo”
A pesar de la fuerte herencia africana en nuestra cultura, desde los ancestrales bailes y cantos yorubas hasta la rumba, cuando se trata de un género eminentemente folklórico aún es frecuente escuchar entre algunas personas de piel blanca: “eso es cosa de negros”. Sobre este asunto el destacado intelectual señaló: “Fernando Ortiz nos mostró, como nadie antes, que Cuba no estaría completa sin África.
Somos un pueblo culturalmente mestizo. Ignorarlo es una muestra de incultura. No creo haya escritor ni artista cubano que se respete al margen de esta verdad. No se trata de que la refleje en su obra, pero sí en sus actos y en la concepción de nuestro mundo.
De manera particular honramos el pensamiento antirracista de Martí, Fidel y Raúl, el legado de nuestro Nicolás Guillén, la obra de Ortiz, y damos el lugar que merecen las culturas populares.
“El racismo es bárbaro y antinatural en cualquier caso, aunque me hablas de un fenómeno que yo llamo racismo reactivo. Derivado de la subcultura del gheto y la marginación, que son obras de distorsiones sociales racializadas que tienen raíces históricas como las que hemos señalado. Solo te llamo la atención sobre algo: el racismo antinegro es el que hemos padecido y pervive en unos cuantos. Hay negros y mulatos racistas y no solo enfilado contra las pieles más blanquecinas, sino incluso, contra otros negros y mulatos, pero como corriente no hay racismo antiblanco en Cuba”.
La Comisión Aponte potencia el legado cultural africano a través de proyectos concretos, muchos de estos concebidos para el trabajo con las nuevas generaciones. En tal sentido, de la Hoz expresó: “La Comisión posee agenda propia y aporta al Programa acciones compartidas, dirigidas a resaltar el legado africano en nuestra cultura. Publicaciones, encuentros de debate y reflexión, talleres, conciertos, veladas, jornadas rumberas y, en estos tiempos, actividades conmemorativas en las redes sociales.
“Ahora mismo, y esto es de interés para el movimiento sindical y Trabajadores, estamos organizando, junto al Ministerio de Cultura y la Fundación Nicolás Guillén, la conmemoración del 70 aniversario de la publicación de la Elegía a Jesús Menéndez, de Nicolás Guillén el próximo 14 de julio.
Entre las acciones de este proyecto, el también merecedor del Premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (1999), destacó “dos de suma importancia: la articulación de las proyecciones de los organismos formadores, dígase Educación, Educación Superior, Cultura, el Inder y Salud Pública; y la estrategia de comunicación. Una apunta a la imprescindible formación y desarrollo de valores antirracistas, identitarios, solidarios e inclusivos en las nuevas generaciones, cuestión que transita por supuesto por la formación de los formadores; otra a crear conciencia sobre el problema e incentivar acciones que lo superen y erradiquen. Con esta última, debo aclarar, no estamos satisfechos; falta mucho para que de manera orgánica, consistente y coordinada haya una expresión mediática desde múltiples plataformas que responda a las expectativas y necesidades de la estrategia”.
Pedro ha sido invitado, como escritor, a las Ferias Internacionales del Libro de Santo Domingo, Caracas, La Paz y Bogotá y, como parte del Capítulo Cubano de la Red En Defensa de la Humanidad, ha participado en foros realizados en Roma, Caracas, Salvador de Bahía y Sao Paulo.
Es hermoso cuando nos vemos en nuestra verdadera dimensión y con ello mejoramos como seres humanos. Como una pequeña muestra de la dimensión de los ancestros le diré que la plataforma política de los Independientes de Color conceptual e ideológica tiene mucho de los principios actuales que defendemos.
Soy una mujer negra de sesenta y cinco años y nunca he sido víctima del racismo.
Como el racismo en Cuba es un tema de interés ciudadano también se debe hablar profundizando, en la discriminación entre las propias personas de la raza negra.
«Lo que el viejo ve por estar sentado, no lo percibe el joven que está de pie.»
Proverbio africano
Bienvenida sea la sabiduria y la paciencia perseverante e inteligente que acompaña ante los desafios de discriminación sean de raza, genero o de clase.
Recien he leido y citaria lo siguiente:
Cuando el racismo y la discriminación no los trajo nadie, de ninguna parte. Están aquí, porque nacieron, con nosotros, como nación. Y de aquí los eliminaremos algún día. Para gloria de todos los cubanos. Ya se trabaja en ello.
Fin de la cita de un articulo EL LLAMADO CASO SAN ISIDRO.del Sr.Esteban Morales Domínguez, UNEAC y que fue publicado en su Blog el pasado 18 de abril.
Adjunto el enlace de este Blog.
http://estebanmoralesdominguez.blogspot.com/2021/04/el-llamado-caso-san-isidro.html
Gracias al periodico Trabajadores y al Sr.Pedro de la Hoz por tratar este asunto de interes ciudadano.
Un saludo cordial
Trabajadores
«Pedro de la Hoz: El racismo es una construcción cultural…»
… en estos tiempos de mayor justeza y oportunidades, parece también importante acotar que la pobreza y la situación económico-social en mi época de niñez (años cincuentas) se igualaba y llevaba a un mismo nivel de sufrimiento a los discriminados de todo color de piel y sexo, de pobres en campos o ciudades, de todo aquel que padeciera el mal de los más desposeidos; desde el indio pequeño y cobrizo hasta la introducción de fuerza africana para incrementar riquezas de la Corona y sus coronados.
En nuestro país estas diferencias fueron incrementadas, traspasadas por herencias de la explotación y el racismo yanqui a todo lo cobrizo representado en la inferioridad pobre y humilde del sujeto portador. Así mismo se comportaban por igual las instituciones que representaron ese sistema marcado con el exterminio indígena, con masacres de negros, chinos u otros esclavos, bajo la crudeza despiadada de la expansión territorial se practicaba la discriminación humana y cultural, al margen de cualquier letra religiosa, civil, institucinal y constitucional.
Recordemos que entre las batallas libradas en los años noventas, una de las más connotadas fue la batalla por una «cultura política» más representativa. Entonces se habló tal vez más de ello que de lo divulgado sobre el tradicional enfoque ideológico de composición social y presencia de clases por instituciones en el poder, de la clase obrera, de funcionarios públicos y servicio (llamado cuello blanco), campesinos.
También parece justo significar que la batalla fue a un plano más complejo, llevado al campo de la conciencia y, de lo subjetivo. Se ubicó en planos culturales, sobre todo diriamos en la «cultura política». Nos indujo a distribuir cifras y por cientos más equitativos, tanto del parecer así como del ser, pues en otros campos de cultura: la artistica, musical, escena, baile etc, la deportiva, la educacional, de la salud etc.; los por cientos debieron influir menos sobre lecturas del reacomodo y justeza social. La vida política y sus funcionarios debería seguramente parecerse más a los equilibrios observados en otros cambios de la composición social aunque estos se vieran desde una óptica discriminada de «menor impacto» ideológico.
Tal vez deberiamos profundizar con ayuda de la ciencia politica y la estadistica si el valioso «Programa Nacional Contra el Racismo y la Discriminación Racial, concebido por el Estado, en noviembre del 2019» pudiera sumar, registrar las transformaciones logradas en nuestra cultura en general y especificar más la insuficiencia de logros en la cultura política y de conciencia alcanzado sobre el tema.
Gracias.