Afirma Guillermo Solenzal Morales, viceministro del sector
“Para hablar de la industria cultural y de la economía en la cultura, primero hay que referirse a las escuelas de arte, que son las instituciones que han formado el producto mayoritario con que trabajan las empresas pertenecientes al sistema de cultura. En esos planteles se forman los músicos, los artistas de la plástica y de las demás manifestaciones del arte. Esa es la gran diferencia que nos distingue de otros sectores de la economía y que tanta gente no entiende”, expresó Guillermo Solenzal Morales, viceministro de Cultura, estrechamente vinculado a la actividad económica en Cuba.
“Muchos no comprenden —añadió— el significado de industria cultural. Afirman que conocen las industrias del cemento, del azúcar o la textil, pero no la cultural. Nosotros atemperamos nuestra industria sin desvirtuar la política cultural trazada por la Revolución y por el Ministerio de Cultura (MINCULT), a través de acciones de comercialización en apoyo a la economía del país y en respaldo a la economía interna del Ministerio”.
Puntualizó que “a partir de los años 90 del pasado siglo comenzó a surgir un incipiente sistema empresarial en el MINCULT. En la actualidad contamos con 25 empresas que generan significativos aportes a la economía del país, entre estas el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC); Artex; la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem); Génesis Galerías; y Tecnoescena”.
Al referirse a las dependencias o ramificaciones de algunas de esas instituciones explicó que se trata de pequeñas agencias, tales como Clave Cubana y Musicalia, para la promoción y comercialización de la música cubana; D’Arte, dedicada a la asistencia técnica en el exterior con artistas cubanos vinculados al MINCULT; la casa disquera BisMusic; y Paradiso, que atiende el turismo cultural. El FCBC tiene a su cargo la promoción y comercialización de los artesanos artistas, a la vez que cuenta con un centro encargado del mismo propósito dentro de las artes plásticas, con noveles artistas contemporáneos y con reconocidos maestros.
“Las principales empresas soportan el sistema de cultura. Toda la divisa con que operan los centros pertenecientes al MINCULT, incluida la enseñanza artística, se genera por medio de estas firmas, las que asimismo, con sus aportes y los que emanan de ciertas instituciones y consejos nacionales, como el Museo Nacional de Bellas Artes y el Instituto Cubano de la Música, permiten ejecutar las compras y pagar los servicios en moneda dura que necesitamos. A eso le denominamos capacidad de liquidez”, dijo el directivo.
En tal sentido, Solenzal Morales apuntó que la economía en la cultura funciona con “un esquema cerrado, es decir, que podemos gastar lo que seamos capaces de ingresar. De las entradas en moneda dura que recibimos del exterior le aportamos al país el 39 por ciento”.
Subrayó que las compras de recursos en divisas destinados al desarrollo de la cultura, ya sean útiles para el ballet —zapatillas, leotards, mallas y otros—, los instrumentos musicales para las escuelas de arte; y los sistemas de audio y de luces para las salas de teatro; se efectúan a través de un presupuesto que no hay que pedírselo al Estado, sino que se atesora mediante la gestión económica de las empresas del MINCULT. “Esa es una posibilidad que nos da el país, manejar las finanzas, siempre con la supervisión y control del Ministerio de Economía y Planificación”.
A estos beneficios monetarios “se incorporan los que percibimos en las gestiones de otras dos entidades muy importantes: Artri, que acomete los proyectos de obras; y Eseo, la cual los ejecuta con servicios como los de la reparación del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, donde junto al FCBC realizaron la reconstrucción y rehabilitación de ese centro de vital relevancia en el devenir artístico de la capital. Eseo también labora con iguales fines en la mayoría de las entidades pertenecientes a Cultura, y para ello posee tres sucursales distribuidas en La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba”.
Argumentó que todo el dinero que producen las empresas del MINCULT, “después de dilucidados los compromisos con la Caja Central del Estado, la que determina en dónde lo va a emplear, el resto entra en una cuenta de Tesorería de nuestro organismo, que se utiliza para satisfacer las demandas en pesos cubanos convertibles (CUC) y en moneda nacional (CUP) de los planes de desarrollo que tienen las provincias y las diferentes instituciones del sector”.
Advirtió, además, que “las distintas provincias del país reciben un presupuesto en CUC para la adquisición de equipos y recursos; por ejemplo, si se repara un teatro, lo que se ejecuta con los fondos de los gobiernos territoriales correspondientes, el MINCULT se ocupa de su equipamiento en moneda dura y el respaldo del CUC. Por eso no solo nos encargamos metodológicamente de los territorios, sino que igualmente somos un ente activo en su progreso cultural, según las condiciones que existan en cada oportunidad, sobre todo en lo concerniente a la disponibilidad de moneda dura, asunto en el que nos golpea con fuerza el bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos y los daños que en el sector ocasionó en gran parte del país el paso del huracán Irma.
“Gracias a esas gestiones económicas el MINCULT ha hecho posible, en los últimos tiempos, poner a disposición del público el confortable Centro Cultural de 31 y 2, en la barriada de La Timba, en Plaza de la Revolución; cuya construcción se hizo con financiamiento total de Cultura, es decir, del generado por este sistema empresarial. Se trata de una casa de la música de nuevo tipo, perteneciente a la Egrem, concebida con el apoyo del Gobierno y del Partido, y donde también se programan talleres para niños, jóvenes y adultos sobre arte y cultura”.
Asimismo, mencionó la reciente apertura de los centros culturales de Fontanar y El Sauce, este último considerado uno de los mejores clubes nocturnos de la capital. “En todas estas instalaciones se han creado estrechos vínculos con la comunidad, la cual está representada en cada uno de sus equipos de dirección. Cuando los vecinos de la zona donde radican establecen nexos con las instituciones de este tipo, se beneficia el trabajo. Pero cuando hay rechazo de la gente de esos barrios el funcionamiento de dichos centros es un desastre.
“Especial atención brindamos en la distribución de los ingresos al desarrollo de la enseñanza artística. Contamos con 37 escuelas de arte, de las cuales seis tienen carácter nacional y las demás provincial. Esos lugares son atendidos metodológicamente por el Centro Nacional de Escuelas de Arte (CNEART). En estos se forma el talento artístico de la nación, entre ellos los artesanos artistas que es un potencial muy fuerte, y que debemos atender mejor”.
El Viceministro apuntó que en los ingresos en divisas y moneda nacional registrados en el MINCULT existen otras actividades que tienen un papel muy importante, tal es el caso de “las ferias de artesanía, como Fiart, en la que además de la presencia de numerosos creadores extranjeros —con significativos tributos de moneda dura— se suma la de más de 250 nacionales en cada una de sus ediciones. A esto se añade la participación de artistas cubanos en eventos que se realizan en el exterior, algunos no logran grandes beneficios económicos, pero sí constituyen valiosos escenarios para la promoción del arte nacional, como recientemente pudimos apreciar en el festival Artes de Cuba: De la Isla para el Mundo, organizado por el conocido Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, en Washington”.
Con respecto al fomento de empresas mixtas, entre compañías foráneas y nacionales, destinadas al desarrollo de la cultura cubana, enfatizó: “En ese sentido trabajamos paso a paso, sin apuros y, sobre todo, sin propiciar brechas que posibiliten resquebrajar nuestra soberanía e independencia, y sin afectar, en lo más mínimo, la política cultural del país. Sobre esas premisas, podemos acceder a la inversión extranjera y crear asociaciones económicas internacionales. Actualmente laboramos en un proyecto que ya está muy avanzado, el cual nos va a facilitar el mejoramiento de los recursos tecnológicos en un grupo de instituciones de La Habana, en las que contamos con un meritorio talento artístico, fundamentalmente en lo relacionado con la música”.
Glosario
Capacidad de liquidez: Posibilidad atribuida al MINCULT para generar pesos cubanos, CUC y moneda dura a través de sus 24 empresas encargadas de la comercialización del arte.
Esquema cerrado: El MINCULT puede invertir en el desarrollo de la cultura cubana de acuerdo a sus ingresos, de los cuales realiza significativos aportes a la economía del país.
Moneda dura: Divisa adquirida en los negocios mediante la venta de productos en dólares americanos, euros y otros tipos de monedas libremente convertibles en el exterior.
Sistema empresarial de la Cultura: Red de instituciones y centros que generan ganancias monetarias destinadas al desarrollo de la cultura.
Comisión de negociación: Equipo de dirección jurídica formado en el MINCULT para el negocio del arte. Se trata de una comisión en la que prevalece la contrapartida en las discusiones de los proyectos, la cual se establece de la siguiente forma: la persona que solicita el producto artístico no es la misma que lo visita, ni tampoco la que lo contrata, ni la que lo compra, ni distribuye. Esto posibilita que todas esas acciones no se concentren en una sola persona, y evitar así la corrupción en el desvío de recursos materiales o financieros.
No se puede separar el desarrollo cultural de la economía, y viceversa. Es algo que todavía muchos no comprenden.
Me maravilla ver un ministerio este o cualquiera convertidos en empresas economicas para poder funciomar, lo nunca visto.
El arte tiene un valor intangible, este fundamento hay que cuidarlo. Siendo este valor la fuerza de la politica cultural de nuestra nación
Ahora bien, ante los desafios y limitaciones economicas reales por la cual se transita,no se puede aceptar, ni se debe confundir, ni de lejos ni de cerca con un fin mercantilista en que todo vale.
Un saludo fraterno