Rudens Tembrás Arcia, enviado especial de Jit
Barranquilla.- La novata Arlettys Acosta (67 kg) y el experimentado Robelis Despaigne (+87 kg) se encargaron hoy de facturar un gran resultado para el taekwondo cubano en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, con sede en esta urbe hasta el venidero 3 de agosto.
Esa mezcla de nuevos y consagrados traía la misión de que sus patadas llegaran tan lejos como fuera posible, y lo hicieron facturando nueve preseas, seis de ellas de oro.
Si en las jornadas previas brillaron Tamara Robles, Glienys Hernández, José Ángel Cobas y Rafael Alba, este lunes lo hicieron Acosta y Despaigne, con actuaciones muy destacadas.
La muchacha de Villa Clara inició su andar frente a la costarricense Katherine Alvarado, a quien venció 5-3. Luego doblegó 16-7 a la dominicana Deysis Montes de Oca y en la final pudo más que la boricua Rosa Hower con pizarra de 10-3.
«Salí muy tensa, muy nerviosa en el primer combate. Eso resultó lo más difícil, pero luego fui ganando en confianza y salió este resultado. La estrategia consistió en trabajar activamente con el pie izquierdo delante y darle continuidad con el derecho», aceptó decir con la bandera nacional en mano pocos segundos después del triunfo.
«No venía con la idea del oro, pero jamás me rendí», reconoció emocionada la joven atleta, quien dedicó el éxito a sus familiares, amigos, entrenadores y al pueblo cubano.
Robelis se abrió camino al trono, tal y como hace cuatro años, en una justa extremadamente complicada.
Su primer compromiso lo saldó con sufrida sonrisa de 19-17 ante el venezolano Luis Álvarez, quien le iba ganando a falta de diez segundos para el cierre de las hostilidades. Más tarde se desempeñó con holgura ante el dominicano Fraily Mora, por 30-9, y quedó la escena lista para un trepidante final contra el mexicano Carlos Sansores.
Estudio del rival, patadas rápidas a los petos, golpes de puños… fueron las escenas que se repitieron a lo largo de los tres periodos de combate.
Robelis sacó la mejor ventaja con el trabajo efectivo de su pierna delantera, pero se metió constantemente en la corta distancia y fue embestido más de lo debido por Sansores.
Los jueces agraciaron al azteca con cuanto golpe de puño realizó, lo cual enervó a la hinchada cubana presente en el graderío.
El final: electrizante. Una ventaja de 21-16 se redujo hasta 21-19, pero el tiempo salvador decretó el éxito del antillano.
«El inicio fue lo más complicado, pues entré demasiado en la zona de peligro y me marcaron algunos puntos. Lo más importante fue cumplir el pronóstico que traía y ayudar a que Cuba duplicara sus coronas de hace cuatro años», expresó el último campeón del torneo.
«La experiencia de tantas competencias siempre ayuda a resolver estas situaciones tensas», reconoció antes de ratificar que la meta es llegar a una presea en Tokio 2020.
En el resto de las divisiones de la jornada, destacar el bronce de Erlandi Mustelier en los 80 kg, pues Yamitsi Carbonell cedió en su primera presentación.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo de la Universidad de La Habana (UH). Especialista en los deportes de boxeo, voleibol, lucha, pesas y otros. Cubrió los XV Juegos Panamericanos de Río-2007, los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012, la final de la Liga Mundial de Voleibol 2011 y otros eventos internacionales celebrados en Cuba. Profesor de Teoría en la Comunicación de la UH y la Universidad Agraria de La Habana. Imparte cursos de esta y otras materias en diversas instituciones del país como el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo Deportivo José González Barros.