Alguien precisó que no había negocio más seguro que el de las funerarias y las posadas; sus razones eran obvias: la muerte y el amor son sencillamente inevitables, aunque sus diferencias sean notorias: en la primera se llora, en la segunda se goza.
Con excepción de los muy jóvenes, el resto de los cubanos recordamos algo, siquiera algo de las posadas, ya sea aquel beso inolvidable, o el llamado del posadero indicando a los amantes que su tiempo había caducado. Luego de la primera posada en la isla —Carabanchel— surgida a finales del siglo XIX y enclavada en San Miguel y Consulado, en un edificio de tres pisos, con 22 habitaciones, y apartamentos con entrada independiente desde la calle, florecieron decenas de esos establecimientos, en los cuales se cumplía siempre el mismo rito: el hombre hacía el trámite en la carpeta, y la mujer, cabizbaja, alejada, mantenía una cierta discreción.
Decenas hubo en la capital y según reportes de prensa, en 1973 eran 60, y 30 en 1989. Pero lo cierto es que a pesar de largas colas y las medidas de “camuflaje” que algunos desarrollaban para no ser sorprendidos por ojos indiscretos, siempre la gran mayoría quería —o queríamos— ir al lugar, pues allí se iba a amar. Villa Cándida, Dos Palmas, 11 y 24, La Monumental, Edén Arriba y Edén Abajo, La Campiña y otros muchos, constituían nombres que se repetían de manera furtiva las más de las veces. Funcionaban las 24 horas y todos conocían su ubicación, santo y señales, aunque de estas no se conversara con total desenfado.
No solo garantizaban un final feliz para los “entresijos” de las relaciones interpersonales, sino que constituían una opción para las parejas ante realidades que se iban acentuando en el país, especialmente la falta de vivienda, de ahí que nadie duda del beneficio de esos establecimientos, a los que incluso la tradición exigía mantenerlos.
Pero ya para la década de los 90 del pasado siglo, ante muy evidentes carencias económicas, se decidió pasar a viviendas para damnificados por huracanes a la casi totalidad de esos locales. El resto, frente a la imposibilidad del más adecuado mantenimiento constructivo, sufrió un notable deterioro y poco a poco desaparecieron de la escena nacional las posadas, o los albergues Init, como prefiera llamarlos.
El servicio comenzará por Vento
La Empresa Provincial de Alojamiento de La Habana, a cargo de una importante red de hospedaje en 27 instalaciones diversas en la capital y donde tanto personas naturales como jurídicas pueden hoy alquilar a partir de una noche, es la entidad encargada de materializar la reapertura del servicio que anteriormente tenían las posadas: es decir, alojamiento por tres horas como mínimo.
Independientemente de las personas que tienen cuarto privado, casa propia, o pueden pagar una noche en un hotel, para el resto solo queda el hospedaje por horas, los parques, las escaleras oscuras, la playa y hasta el malecón.
“Ese es un servicio que ahora está en manos de particulares, quienes garantizan el espacio perdido por las famosas posadas. Creemos en la posibilidad real de retomarlo y desarrollarlo”, precisa Alfonso Muñoz Chang, director de la citada entidad. Por estos tiempos la pareja que allí acuda deberá pagar al dueño, como mínimo, 5 CUC o su conversión en CUP —una alta cifra para el cubano promedio— por tres horas de privacidad amorosa.
De manera general, la habitación cuenta con aire acondicionado, refrigerador, agua fría y caliente y un confort adecuado. Claro, ahí no se cuentan la cerveza a 1,20 CUC o más, el trago o botella de ron a precios estratosféricos, el llamado saladito y algún que otro aderezo para hacer más placentero el momento.
El confort, la higiene y la privacidad son fundamentales en este negocio, aseguran los arrendadores privados. Ello, sin duda, constituye un reto para el servicio estatal tanto en el precio que se establezca como el confort.
“Comenzaremos por lo que llamamos hotel Vento, enclavado en Vento y Santa Catalina, un inmueble de dos plantas con 16 habitaciones con baños y otros requerimientos técnicos, a pocos metros de donde antaño existiera, precisamente, una conocida posada o albergue Init”, informó Muñoz Chang.
“También trabajamos —agregó— en otras ideas para ampliar el servicio que iniciaremos, pues de la antigua red de posadas nos fue entregada la muy nombrada Monumental, una unidad con 20 habitaciones y parqueo para carros.
Llevamos un buen tiempo precisando esa acción y ya presentamos el proyecto, aunque el financiamiento es elevado y no pudimos incluirlo en el plan de este año. “Creemos que para el 2018 lo podamos asumir, pues existe la voluntad del gobierno en la capital para priorizar ese emblemático lugar, que no se está cayendo ni mucho menos, pero donde hay que trabajar”, dijo.
En sus palabras, el director de la Empresa Provincial indicó que la estrategia prevé —además de Vento y La Monumental— la recuperación con iguales fines de Edén Arriba y Edén Abajo, así como el hoy hotel Ocho Vías, una instalación que cumple con los requisitos indispensables para este servicio. Pensar en diversificar las opciones para el amor no es algo traído por los pelos: es una realidad que atañe a todos y que no puede convertirse en un lujo.
“Podemos hacer muchas cosas como empresa, pero otras igual de importantes no dependen de nosotros —subrayó—. Nuestro ánimo es recuperar ese demandado servicio, de gran impacto social y, sin duda, muy rentable. “Lo principal es demostrar que estatalmente podemos cumplir con ese propósito, y aunque tenemos la seguridad de salir airosos, tampoco queremos crear falsas expectativas”, concluyó.
seria muy demandado y si los empleados cobran su salario segun los ingresos, quien controlarálos desvios y amiguismos y hasta quizas las preferencias de extranjeros (as) con los cubanos y los convirtamos en promotores de comportamientos antisociales por ganar mas. ?cuál seria el precio?
primero hay que saber cuál es el precio de dich instalación para que cada persona saque sus propias conclusiones. Pienso que es una buena iniciativa e idea para el pueblo cubano y tanto para la juventud como para cualquier persona que decida pasar o disfrutar de algo diferente y salir de la monotonia.
Muy bueno para nuestros jovenes, que necesitan de lugares menos costoso y mas privados, lo importante es que logren mantener la calidad en la higiene y el servicio, una mas para el bienestar del pueblo, gracias
Seria saludable esta solucion a un problema generalizado que como vemos comienza por la capital y seria bueno se extendiera al resto del pais
Privaticen ese tipo de servicios, mientras las tenga el estado sera un pozo sin fondo de corrupción, mal servicio y poca higiene!
Cuanto costarán?’ Supongo que mucho menos que 5cuc pq sino no veo en que podrían hacerle competencia a los particulares, ya que está demostrado que en Cuba tristemente ningún negocio estatal le hace competencia a un particular de igual categoría.