![Vista del diamante. Foto:Tomada de Cubahora.](https://www.trabajadores.cu/wp-content/uploads/2016/03/Capitolio-diamante.x10671.jpg)
Por Elizabeth K. Carvajal Suárez, estudiante de Periodismo
Aquella joya escondida en una roca de las entrañas de la tierra, dignaba con belleza amarilla a su primera dueña, la célebre María Antonieta de Francia. Las manos que lo cobijaban cambiaron y pronto el diamante de 25 quilates observaba desde la corona del último de los zares rusos, Nicolás II, el nuevo escaño de su historia mítica y propicia para las leyendas.
El destino trágico de los dos propietarios anteriores, devino en un no menos fatídico final para el tercero de ellos, una aristócrata que, ante el asombro de todos, fue llamada por una muerte temprana.
Ciego quedó el comerciante que tras una compra desafortunada adquirió el brillante y luego de fallidos intentos de venta lo trajo a Cuba. Para él la pobre piedra, que es tan solo eso: una piedra, dejó de simbolizar una carga sobre su suerte cuando Carlos Miguel de Céspedes, ministro de Obras Públicas del Gobierno de Gerardo Machado Morales, convino en comprárselo por 12 mil pesos.
Con la finalidad de marcar el kilómetro cero del país, el brillante ocupa, desde el año 1929, el que debiera ser su definitivo lugar en el Capitolio de La Habana. Pero como es de esperar, en las historias de este tipo las cosas no se quedan así de tranquilas con facilidad.
A las siete de la mañana del 25 de marzo de 1946, en el apacible Salón de los Pasos Perdidos se armó la debacle. ¡El diamante del Capitolio había desaparecido! Una vez más se hacía presente el halo misterioso de su pasado.
¿Cómo lograron robarlo? Esta repetida pregunta que tornaba los murmullos en sospechosa certeza de la existencia de componendas entre los grandes del Gobierno. Quién sabe cómo los ladrones pudieron robarlo, pero lo que sí se sabe, es que 14 meses después el buró del Presidente Ramón Grau San Martín servía como soporte de la gema perdida.
![Desde la inauguración del Capitolio de La Habana, en 1929, el diamante marca el kilómetro Cero de la Carretera Central. Foto: Tomada de habanaradio.cu](https://www.trabajadores.cu/wp-content/uploads/2016/03/capitolio-1.x10671.jpg)
En este bochornoso capítulo de la vida política cubana, el diamante no dejó de ser seductor objeto de alucinaciones. Cual si hubiera sido llevado por los espectros de sus antiguos dueños, apareció en la mesa presidencial de por sí, sin más explicaciones que las de ser una joya escondida… ¿dónde y por quién?