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“Si bien es cierto que Nancy Morejón inicialmente alcanzó notoriedad y ha sido y sigue siendo aclamada como poeta afro-cubana, poeta feminista, poeta de la Revolución, dejarla identificada exclusivamente con estas categorías sería una actitud limitante. Portadora de un fuerte ethos, multidimensional, su voz poética conduce a su público lector hacia una amplia gama de experiencias”.
Con tales palabras, la estudiosa Juanamaría Cordones-Cook, acuciosa investigadora de la obra de la poeta, ensayista y traductora Nancy Morejón, invita a la lectura del poemario titulado La silla dorada (Editorial Letras Cubanas, Colección Poesía, 2014,144 pp), en que ha reunido cincuenta y dos textos que proponen un recorrido por la obra lírica de la escritora.
Agrupados en nueve secciones, los textos antologados recrean, a través de diversas formas estróficas, temas como la familia y los amigos, la ciudad y el barrio, la patria y la Revolución, la identidad y el exilio, todos recurrentes en el intenso y auténtico universo lírico creado, a lo largo de más de medio siglo, por una de las voces más significativas de las letras cubanas contemporáneas.
Poemas como «Madre», «Richard trajo su flauta», «Cotorra que atraviesa Manrique» y «Peñalver 52» son algunos de los textos incluidos en esta selección, imprescindibles –por su alcance y trascendencia— no solo en el contexto de la bibliografía de la autora, sino también en el panorama de la lírica insular de entre siglos.
Uno de esos poemas, titulado «Una rosa», es expresión del hermoso lirismo que caracteriza la obra de Nancy Morejón:
Los ojos de Abel Santamaría
están en el jardín.
Mi hermano duerme bajo las semillas.
Santiago alumbra
la frescura del tiempo
que nos tocó vivir.
Un niño baila
el dulce aire de julio
en la montaña.
Alguien escucha su canción
bajo el estruendo puro
de una rosa.
Se complementa La silla dorada, con una antología audiovisual –con producción y dirección de la propia Juanamaría Cordones-Cook—, material de aproximadamente noventa minutos, filmado en la capital cubana, entre los años 2007 y 2008, en que la escritora lee los más de medio centenar de poemas que es posible encontrar en las páginas del libro.
Medio centenar de libros, en verso y en prosa, pertenecen a la autoría de Nancy Morejón (La Habana, 1944), entre los que aparecen los poemarios Richard trajo su flauta y otros argumentos (1967) y La Quinta de los Molinos (2000), así como los ensayos Nación y mestizaje en Nicolás Guillén (1982) y Fundación de la imagen (1988).
Miembro de la Academia Cubana de la Lengua –electa directora de la corporación en el año 2012—, Nancy Morejón ha sido reconocida, entre otros galardones concedidos dentro y fuera de la isla, con el Premio Nacional de Literatura 2001, la Corona de Oro de Macedonia 2006, el Premio Rafael Alberti 2007 y el Premio Lasa 2012.
La silla dorada, esta selección que ha sido preparada a propósito del aniversario 70 del natalicio de la autora, propone una lectura –o relectura— enriquecedora. Es la posibilidad de descubrir una poesía –en palabras de otro poeta, Pablo Armando Fernández— que devela insondables secretos de nuestro ser.
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BARCA NUEVA EN CADA AGOSTO.
En La Barca va la niña
custodiada por mil dioses,
milagro ella en si’ misma,
sus padres cantan a Dios.
La joven llega a la orilla
con su bata hecha de tierra,
de baile negro y cubano,
de libros viejos tan nuevos,
de silencios como un rito,
de futuros anidados.
La adulta crea caminos
con sus pies sobre La Tierra
y la mirada infinita
en sonrisas como estrellas.
La Niña-Joven- Adulta
ya ve alejarse La Barca;
Poemas la cubren toda,
viajes queridos, nostalgias
de sus padres que, a lo lejos,
la sembraron cual a estatua.
El Tiempo bien le recicla ;
los olvidos en Memorias
han quedado sepultados;
La Adulta-Joven, tan Niña,
con un Pierrot a su lado.
Barca Nueva en cada agosto,
¡ nadie puede con sus santos !
Se desgrana en granos finos,
finos granos la renuevan
con marinero tan Padre,
con tal Madre en cada espera
de esa Barca tan cubana
¡ que no se va …y se queda !
Miguel Ojeda.
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