La elaboración de tabaco reconstituido a partir de residuos del propio producto constituye una novedad en la industria cigarrera cubana, dirigida a lograr un mejor aprovechamiento de la materia prima, elevar la eficiencia fabril y disminuir su toxicidad y la contaminación.
Abanderada en la materialización de este objetivo es la empresa de cigarros Lázaro Peña, de Holguín, la mayor del país, donde se montó y puso en explotación una moderna planta de tecnología brasileña, que ya procesa de forma estable el nuevo renglón.
El ingeniero Osmar Marrero Ricardo, director Técnico y de Desarrollo de la entidad, explicó que el tabaco reconstituido se obtiene a partir de una mezcla de polvo y venas generados por la propia industria, pero que también pueden venir de otras fábricas del sector.
Estos residuos, que antes solo se utilizaban en la elaboración de tabaquina para la agricultura, se muelen y combinan en proporciones adecuadas con carbocimetil celulosa, que es el aglutinante, glicerina para darle flexibilidad y propileno licor, un humectante.
La mezcla resultante se lamina y pasa por un túnel de secado, luego se corta de forma irregular y queda lista para ser utilizada en una proporción de hasta el 16 % en las ligadas con los diferentes tipos de tabaco empleados en la producción de cigarrillos.
Según los análisis realizados por el Instituto de Investigaciones del ramo, la adición del tabaco reconstituido en esa cuantía no altera las características organolépticas del cigarrillo ni su combustibilidad, pero sí reduce la toxicidad porque contiene menos nicotina y alquitrán.
La nueva planta montada en la empresa Lázaro Peña, que cuenta con tecnología de punta y elevado nivel de automatización, tendrá un gran impacto desde el punto de vista económico, pues reduce considerablemente el costo de producción.
De acuerdo con los precios vigentes en la actualidad, la tonelada de tabaco negro en rama empleado en la elaboración de la hebra o picadura del cigarrillo cuesta 47 mil 108 pesos, mientras la del reconstituido solo 2 mil pesos.
Si tenemos en cuenta que el plan de producción de tabaco reconstituido de este año asciende a mil 425 toneladas, cada una de las cuales vale 45 mil pesos menos, el saldo favorable para la empresa será de 64 millones 125 mil pesos al final del 2015.
El impacto de la introducción de esta tecnología se hará sentir también en la agricultura, donde para producir el tabaco seco en rama se requieren tierras apropiadas, fertilizantes, pesticidas y otros recursos que se pueden destinar a la obtención de alimentos.
Con el objetivo de seguir avanzando en lo modernización de esta industria, que anualmente produce más de 5 mil millones de cigarrillos de las demandadas marcas Criollos y Aromas, se montaron dos cortadoras de tabaco, las cuales se encuentran en fase de ajuste tecnológico y puesta en marcha, y contribuirán a aumentar la productividad y calidad de la materia prima.
Está previsto también iniciar a fines de este año la instalación de una moderna línea de producción, que ya fue contratada y tendrá una capacidad de 7 mil cigarrillos por minuto, con lo cual la fábrica holguinera se consolidará como la mayor del país.
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