Todas las mañanas cuando Adolfo Rivera González abre las compuertas del garaje del edificio donde vive la curiosidad atrae a decenas de personas. ¡Un avión ligero en casa!, es lo primero que sorprende. Y es que es casi una osadía fabricar de manera artesanal un avión ligero, biplaza, con recursos propios y, sin otro concurso que la inteligencia, el empeño y “la satisfacción de diseñarlo, construirlo, volarlo y verlo volar”, según dijo su creador.
Para ello emplea materiales reciclables (certificados por él), lo mismo un escaparate viejo, de madera dura, que le “dona” su esposa Teresita; tablas que le aportan los vecinos, y recortes de angulares y chapas que le facilitan en algunos de los aeropuertos donde alguna vez tuvo vínculos de trabajo. El motor —precisó— le será donado por el Club de Aviación de Cuba, institución a la cual le debe gran apoyo.
Así, en ese quehacer, transcurre la vida cotidiana de este jubilado de la aviación, que día tras día y en dos sesiones de trabajo (matutina y vespertina) se ha propuesto concluir uno de sus tantos sueños, siempre vinculado al mundo de la aeronáutica. Sin embargo, el AR-9-ULM, como posiblemente se llamará, no es el “primogénito” como algunos pudieran pensar.
Criado en el seno de una familia donde los aviones han sido una pasión, Adolfo recibió desde niño tales influjos, de ahí que una vez visto truncas sus aspiraciones de ser piloto, decidió estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Central de Las Villas Marta Abréu, donde encontró y revisó literatura acerca del tema, sobre todo relacionada con la resistencia de los materiales.
“Soy de Cienfuegos, una de las provincias que se caracterizaba por la construcción de aviones, donde un primo de mi papá había sido piloto, mecánico, y formaba parte de un grupo al cual yo me incorporé siendo muy joven. Luego en un club de aeromodelismo tuve la oportunidad de conocer a José Serrano, quien allí diseñaba y construía esos aviones ligeros, para dos plazas, de un solo motor. Contactamos en 1969, aproximadamente, y juntos comenzamos a pensar en esa actividad que él había dejado y yo quería iniciar.
“Serrano se había formado como Ingeniero Aeronáutico en los Estados Unidos y era un sabio en la materia. Gracias a él tuve acceso a literatura, a manuales, y cuando estrechamos relaciones me propuso que yo proyectara un planeador para dos personas, a lo cual contribuyeron otros compañeros con similar interés. Eso sería a fines de la década de los 60. Hice el proyecto, me lo revisó, y después iniciamos su construcción; al final lo terminamos, pero no encontramos la tela adecuada para forrarlo. Finalmente le tiré algunas fotos y lo desarmé”.
Una gran insatisfacción…
“Sí, es cierto, me quedé insatisfecho. Después supe por Serrano que a principios del siglo pasado se habían forrado aviones con papel. De ahí que una vez terminada la carrera, bien preparado desde el punto de vista teórico, enfrenté la tarea de hacer otro. Ya en la universidad, como profesor —precisamente de la asignatura de Resistencia de Materiales— hice pruebas para hallar un papel resistente y encontré que el ideal era el de las bolsas de cemento.
“Con la ilusión viva logramos fabricar un planeador pequeño, monoplaza, ligero, que una vez terminado pesó 52 kilogramos, mi peso en aquel entonces. Lo llevamos desarmado en piezas hasta las afueras de la ciudad de Cienfuegos, en un área que habíamos seleccionado y lo primero que hice fue solear (es decir, volar después de recibida la instrucción).
“Con este realicé más de veinte saltos; las personas me halaban, me remolcaban, me elevaban diez, doce metros de altura, luego me desenganchaban y yo planeaba. Todo marchó perfectamente bien. ¡Bueno, estoy haciendo el cuento, ¿no?! El acontecimiento fue tal que los compañeros de Fomento Aeronáutico, en aquel entonces una dependencia del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), se presentaron con una periodista de Juventud Rebelde, y el reportaje salió publicado en 1976”.
El éxito lo favoreció. Obtuvo la autorización para fabricar otro planeador de tela, con amortiguadores, de más calidad, que pudiera operarse desde una pista de asfalto. Ahora se le introdujeron algunas modificaciones y se le colocaron instrumentos, como el velocímetro y el altímetro, pero no lo pudo maniobrar a causa de un accidente (estuvo presionado a competir sin las condiciones creadas).
¿Cuántos aviones ha construido?
Alrededor de nueve, sin contar el primero que hice y no se pudo volar por falta de tela para forrarlo. En Cienfuegos éramos un grupo entusiasta y cuando nos proponíamos hacer un planeador —un colgado, como le llamábamos— para el fin de semana lo lográbamos. En él volaban mis hermanos y mucha gente del lugar.
La construcción de estos artefactos me dio la posibilidad de obtener un premio en las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) y ya alrededor de los 80 vengo para La Habana, pues las FAR y la Sepmi (Sociedad de Educación Patriótico Militar), interesadas en esta labor, crearon un centro para fabricar aeronaves ligeras y planeadores, con el objetivo de apoyar la enseñanza en las escuelas militares Camilo Cienfuegos. Allí estuve muchos años como ingeniero principal, pero no dejé de estudiar, incluso pasé cursos en los antiguos países socialistas.
Usted integró el pequeño grupo que tuvo a su cargo la confección de las maquetas de los aviones expuestos en el II Frente Oriental Frank País…
Estaba trabajando en Boyeros, como mecánico de vuelos, y me avisaron de la necesidad de que participara en la realización de unas maquetas (a escala natural) para exponer en el II Frente Oriental Frank País. Se trataba del Kingfisher, el Mustang P-51 y el T-28, aviones utilizados por la Fuerza Aérea Rebelde. Comenzamos junto a Miguel Sánchez y un pequeño grupo. Lo primero fue buscar documentación y bibliografía relacionada con los perfiles y los parámetros constructivos.
Nos basamos en fotos, en dibujos de tres vistas que extrajimos de la literatura técnica consultada. Hicimos uno por año, y me satisface haberlos construido y participado junto a otros especialistas.
¿Cómo llega al AR-9-ULM?
En los 90 fabriqué un ultraligero monoplaza y en la localidad de San Nicolás pude volarlo; otros también lo hicieron. Entonces apareció el “bichito” de querer enseñar a los demás y por eso me decido a construir uno biplaza.
A partir de ahí, hace un par de años, el IACC y el Club de Aviación de Cuba nos dieron la posibilidad, tanto a mí como a otro aficionado, de confeccionar dos aviones de este tipo, teniendo en cuenta una serie de requisitos y recomendaciones.
Siempre tuve en mente realizar este proyecto, su configuración me gusta, y además tengo el propósito de demostrar que este avión se puede fabricar en Cuba, con más recursos de los que dispongo, y destinarse a las tareas de la defensa, de la aviación agrícola, de la enseñanza.
¿Para cuándo pienso terminarlo? Es una pregunta difícil de responder. La estructura primaria, aún sin forrar, debe estar concluida para el verano del año próximo, aunque como sabes laboro en él todos los días y en dos sesiones. Quiero construirlo, volarlo, invitar a otros compañeros del Club a que lo hagan y, además, exhibirlo cuando la oportunidad lo requiera.
Ya lo terminó, y vuela…
Wow es increíble lo que has logrado, también tengo esa aspiración desde tempranas edades, a día de hoy tengo 17 y mis padres me ven como loco, ya estaré en la IACC el año que viene sacando licencia como piloto privado y demostrando que siempre que se quiere se puede 👍🏽
Sencillamente asombroso les admiro también tengo mi hobby en estos menesteres
Un abrazo
David Sanchez martines
Habana arroyo
Me encantaría me invitaran a ver un taller al respecto
Hola Adolfo,soy técnico aeronáutico en Airbus y actualmente estoy jubilado. Me encanta y admiro todos los proyectos en los que has estado metido. También ando en la idea de fabricarme algo para mi ultraligero. Tengo un cuick silver que estoy reparando pero la idea es algo fabricado en aluminio, más serio y con mas posibilidades. Tengo espacio y posibilidades técnicas pero me gustaría contactar contigo e intercambiar ideas.
No es matar una idea ni un sueño, pero me pregunto quien va a certificar este avion para el vuelo, y tambien cuestiono si esta persona tiene los conocimientos de ingenieria necesarios que no son pocos, para realizar fundamentalmente el calculo estructural para diseñar un avion en el cual va a volar una persona. Buena suerte y espero todo termine bien.
Estimado Soy de Chile .
Mis felicitaciones
Me gustaria si pudiera compartir sus planos . L eagradeceria un Abrazo
Adolfo, me alegra ver que tu proyecto marcha a buen ritmo. Es realmente bonito. Saludos desde España. En tu próxima visita a Málaga, esperamos que nos presentes los datos técnicos, que pasemos un buen rato entre amigos de ambos lados del charco y que podamos volver a volar de nuevo juntos.
Un saludo
Mario Castillo
Hola Adolfo, mis felicitaciones por tanto empeño. Soy Ingeniero mecánico tambien y muy aficionado a la aeronautica pero no sabía que en Cuba se fabricaron aviones y mucho menos que algun aficionado lo haga actualmente (no hablo de aeromodelismo) con la cantidad de restricciones que existen en esta materia, de todos modos es un paso de avance y espero que algun día se puedan fabricar aeronaves en Cuba. Hasta pronto.
Felicidades Adolfo!!! Realmente me place el reconocimiento a tu trabajo…de veras…un fuerte abrazo hermano!!!
Excelente este proyecto soy fan de la aviacion aunque lo único que he hecho es montar alguno que otro en viajesd e trabajo. Siempre estoy al tanto de lo que sale en esa materia. Inclusoexiste un sitio en internet Kitplane donde se muestran proyectos elebaorados por personas naturales, claro en paises desarrollados, pero con nuestros recursos esto es único. Un amigo mío escribio una novela donde el construía un avión que lo gró volar con un motor de motto ural. Le voy a enviar estte trabajo para que se comunique con usted si dispone de correo. Le va a encantar. Considéreme un admirador y un miembro virtual de su equipo. Felicidades.
javier Estévez
Felicidades Adolfo, eres un grande, saludos desde Italia, soy René, el nieto de Chelo…
Esperó ver en Villanueve con el .
Felicidades Adolfo, que bueno que se haga reconocimiento al esfuerzo que vas realizando.
Felicidades por anticipado, pues cuando a una obra se le ponen, inteligencia, conocimientos,tenacidad y constancia en el esfuerzo como ingredientes principales, la obra tiene el exito asegurado. Estoy seguro que veremos al AR-9 ULM volar en los cielos de Cuba. Ese será un regalo a los amantes de la aviación. También prueba que en Cuba existen potencialidades para la construcción de aeronaves ligeras.